El gobernador
            Pedro Rosselló anunció el 1º de junio que
            no aspira a un tercer mandato
            "He servido a mi pueblo, y ahora
            debo servir a mi familia", dijo Rosselló, quien llevaba
            puesto en su solapa un broche con forma de estrella, representando
            la 51ª estrella que intentó poner en la bandera estadounidense. 
            Virtualmente desconocido antes de su
            elección, Rosselló deslumbró a sus colegas
            con reformas de gran envergadura y planes para "reinventar
            el gobierno". 
            Fue él quien resucitó
            el moribundo movimiento por la estadidad de la isla, convirtiendo
            las giras de la campaña en explosivas celebraciones de
            americanismo e impulsando proyectos de ley en el Congreso. 
            Apasionadamente argumentó que
            el arreglo del "Estado Libre Asociado" de Puerto Rico
            es antidemocrático, porque sus 3,8 millones de ciudadanos
            estadounidenses pueden ser convocados a prestar servicio militar,
            pero en cambio no pueden votar en las elecciones presidenciales
            ni por sus representantes en el Congreso. 
            A pesar de que Rosselló -médico
            pediatra graduado en Yale, de 54 años-no reveló
            sus planes para el futuro, se especula que como actualmente es
            un asesor cercano del Vicepresidente Al Gore, le sea ofrecido
            un puesto en el gabinete en el caso de que Gore gane la presidencia.
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