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Comité de Recursos Naturales y Energía
Senado de Estados Unidos

Audiencia para Revisar los Resultados del Plebiscito de 1998 para el Status de Puerto Rico

Declaración del
Puerto Rico Herald

www.puertorico-herald.org

Mayo 6, 1999

Esta declaración es presentada en nombre del Puerto Rico Herald para esta reunión importante del Comité de Recursos Naturales y Energía del Senado, ya que examina los resultados del Plebiscito para el status político de Puerto Rico de Diciembre 13, 1998.

El Puerto Rico Herald es una voz independiente a favor de la propia-determinación bien fundada de Puerto Rico.

La propia-determinación de Puerto Rico es un tema político nacional bipartidista.

Cada Presidente Republicano desde Dwight Eisenhower y cada plataforma presidencial del partido Republicano desde 1972 ha respaldado la propia-determinación y la estadidad, si fuera escogida por el electorado Puertoriqueño.

Los Demócratas, también, están a favor del derecho de los 3.8 millones de ciudadanos Americanos en Puerto Rico de resolver finalmente su relación con los E.U. dentro de un status político que les garantice derechos democráticos completos y la igualdad bajo la ley.

La declaración del Puerto Rico Herald examina los resultados del plebiscito de 1998, discute sus triunfos y fallas y propone un proceso de propia-determinación que finalmente libere la vieja declaración de status y por medio de esto sirva a los intereses de todos los Americanos, consistente con la Constitución y las normas legales internacionales.

Primero, los resultados del plebiscito reafirman que los Puertoriqueños aprecian su ciudananía Americana y desean hacer permanente sus lazos con nuestra gran nación.

Además, el status quo territorial recibió menos del uno por ciento de los votos, demostrando que pocos están a favor de este status, tal como está definido en HR 856 y durante la audiencia del comité en S472 el año pasado. Similarmente, el apoyo a las dos formas de soberanía separada combinada – independencia y asociación libre – fue de un 3 por ciento.

Así que, de las cuatro opciones de status legítimas presentadas a los votantes, la estadidad obtuvo el mayor apoyo, más de un 94 por ciento, o 46.5 por ciento del total de las voletas calculadas.

Desafortunadamente, el proceso de propia-determinación tal como se ha llevado bajo las leyes locales de Puerto Rico tuvo defectos. Su Corte Suprema ha requerido que en las voletas los votantes tengan la oportunidad de optar por escoger "ninguno de los de arriba."

Permitir esta opción les da la posibilidad a aquellos, que rechazan reconocer lo que infinitas decisiones de la corte, actas regulatorias y legislativas, y audiencias congresionales han concluído, o sea, que Puerto Rico se mantiene como territorio de E.U. sujeto a la cláusula territorial de la Constitución, la oportunidad de impedir a todo el pueblo de Puerto Rico que escoja entre las cuatro opciones legítimas en la voleta.

Exactamente, ¿qué significa 'ninguno de los de arriba'? Tendría algún sentido si hubiera otra opción legítima de status, no está en la voleta, negando de esta manera la opción válida a los votantes.

Pero, tal como hemos aprendido del Congreso y de los tribunales, las opciones en la voleta estaban cubiertas.

Claro, los partidarios del estado libre asociado territorial mobilizaron sus seguidores en contra de las cuatro opciones manteniendo que el Congreso y los tribunales han estado equivocados todo el tiempo ya que Puerto Rico de alguna manera es más que un territorio con propio-gobierno fuera y por encima de la Constitución de los E.U.

Su reclamo fue, y es, que la definición del status quo en la voleta estaba incorrecta. Esta fue su base para quedarse tranquilos durante la campaña y votar por 'ninguno de los de arriba.'

Bueno, El Puerto Rico Herald pregunta: ¿Quién tiene la razón? ¿El Congreso o el Partido Democrático Popular? ¿Las Cortes Federales o el Partido Democrático Popular?

Esta es la cuestión que Puerto Rico enfrenta hoy, mañana, entrando en el próximo milenio, mientras que busca obtener la propia-determinación significativa para Puerto Rico.

Desafortunadamente, Puerto Rico no podrá por sí mismo responder esta pregunta mientras que el status político esté incluído en su proceso político y 'ninguno de los de arriba' ofrezca a los oponentes de la realidad la oportunidad de perpetuar la ilusión.

No hay nada que los Puertoriqueños puedan desear más que ser capaces de resolver este tema en Puerto Rico por sí mismos y presentarlo al Congreso y al pueblo Americano para implementarlo.

Pero, los Puertoriqueños necesitan la ayuda del Congreso

La Estadidad no fue derrotada en el plebiscito de 1998. La propia-determinación sufrió un revés. Un revés que apunta la necesidad de que el Congreso establezca las reglas para la propia-determinación de Puerto Rico.

Las reglas que proporcionen un proceso legítimo, informado y decisivo.

Puerto Rico no puede darse el lujo de seguir siendo mitad parte y mitad ajeno de América para el próximo siglo. Condición resultante del embotellamiento de su status político.

Los Puertoriqueños están en las fuerzas armadas, pero se mantienen fuera de las urnas federales.

Los Puertoriqueños están sujetos a la Constitución de E.U. pero pueden ser tratados peor que otros Americanos.

Aunque los Puertoriqueños no pagan impuestos federales, reciben menos beneficios federales los cuales tienen que ser compensados con impuestos locales más altos.

A los Puertoriqueños se les paga en dólares americanos pero como Puerto Rico no se ha integrado a la economía Americana completamente, el trabajador promedio gana la tercera parte de lo que su colega de tierra firme gana.

No es extraño que el estancamiento del status ha provocado que casi los tres millones de Puertoriqueños persigan el sueño Americano en los 50 estados.

Ahora que el embotellamiento del status ha resultado en un rechazo abrumador del estado libre asociado territorial actual, es imperativo que el Congreso provea un mecanismo para re-establecer un nuevo status político legítimo bajo el cual el propio gobierno local pueda continuar y evolucionar hacia un total gobierno-propio dentro o completamente fuera de la Unión.

Lo que se requiere es muy simple de proveer. Una lista definitiva de opciones de status político de los cuales el pueblo de Puerto Rico pueda escoger. Una vez que se escoja y se exprese una alternativa, estará en manos del Congreso y del pueblo Americano responder a ella aceptando o rechazando dicha alternativa libremente escogida.

No hacer nada es condenar a Puerto Rico y a los Puertoriqueños a un tipo de limbo del cual solo se puede escapar emigrando a los estados. Mientras que el no actuar puede servir a los propósitos de algunos políticamente en el continente y mantiene los privilegios de algunos otros en Puerto Rico, la gran mayoría de Puertoriqueños en la isla estarán en desventaja económica y políticamente privados de derechos civiles hasta que el status permanente se resuelva finalmente, de una u otra manera.

Mientras tanto, la ola creciente de Hispano-Americanos privilegiados en los cincuenta estados estarán observando y midiendo a los líderes de la nación por su compromiso con la imparcialidad e igualdad para todos los Americanos.

Un Puerto Rico habitado por Hispano Americanos a los que se le ha negado participación igual y total en la economía Americana y acceso igual y total al sistema democrático Americano no se sentirá bien con sus colegas de los estados al calcular los votos fundamentales para las oficinas locales, estatales y nacionales desde California hasta Texas hasta Arizona hasta Florida hasta Nueva York.

¿Quién en la dirección de la nación, ahora o en el futuro, será capaz de ignorar este pronto-a-ser el mayor bloque-minoritario-votante en el país?

Esta es una cuestión que todos los legisladores y candidatos a oficinas nacionales deben abordar.

Y el momento es ahora, a medida que las elecciones del 2000 se acercan rápidamente.

La respuesta, por supuesto es que el Congreso – este 106to Congreso – respondiendo a los resultados del plebiscito de Diciembre 13 promulgue una legislación plebiscitaria federal que defina las opciones para la resolución del status y establezca un proceso bajo ley federal para determinar si y cómo una unión permanente y una ciudadanía americana irrevocable pueden obtenerse bajo términos aceptables para el pueblo de Puerto Rico y el electorado Americano del continente.

El proceso debe hacer alocusión a temas como impuestos, políticas de idioma y presupuesto, como también a derechos de ciudananía, en ambos casos, si continúa el estado libre asociado territorial vigente o si el Congreso y el pueblo de Puerto Rico deciden terminar con el status actual para estar a favor de la independencia o estadidad.

Y, al promulgar la legislación, todos los partidos políticos de Puerto Rico deben participar. El Congreso y el pueblo de Puerto Rico no pueden darse el lujo de tolerar de nuevo la situación de que los que proponen el estado libre asociado territorial rehusen de nuevo el dar su definición de status quo y procedan a atacar las conclusiones de los congresistas como pobre reflejo de su posición. Una táctica empleada en el intento de minar el crédito y la legitimidad del plebiscito de 1998.

Por las razones expuestas, el Puerto Rico Herald propugna la introducción y adopción de una legislación plebiscitaria federal apropiada para Puerto Rico lo más pronto posible de manera que el proceso de propia-determinación pueda continuar.

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