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26 de abril de 2000
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WASHINGTON - El representante José Serrano solicitó al presidente Clinton que suspenda los planes para un enfrentamiento entre las autoridades estadounidenses y los manifestantes que se oponen a la reanudación de los ejercicios de entrenamiento de la Marina en aguas de Puerto Rico.

Docenas de manifestantes que acampan en Vieques, isla de 21 millas de longitud situada al este de Puerto Rico, se preparaban ayer para una confrontación con "marshals" federales y la policía local.

Marines de los EE.UU. estarían preparándose para navegar desde Norfolk, Va., para apoyar a los agentes del orden.

"Desalojar a la gente y volver a bombardear crearía un sentimiento muy negativo en todo Puerto Rico, porque Vieques es una causa unificadora", sostuvo Serrano (Dem.-Bronx).

Autoridades federales de Washington declinaron informar cuándo serán desalojados los manifestantes.

La Marina de Guerra usa la isla como su campo de entrenamiento en el Atlántico desde 1941, y los manifestantes opinan que lo hizo durante demasiado tiempo. La muerte de un guardia civil que fue alcanzado por una bomba errante el año pasado inició la campaña para expulsar a la Marina.

"Fui sargento en Corea durante 11 meses.... luchando por la democracia, ahora estoy listo para luchar pelear contra la Marina", advirtió el manifestante Angel Navarro, 72, quien añadió que está dispuesto a participar en un bloqueo naval con su pequeño bote pesquero de ser necesario.

Serrano buscó un camino más diplomático para tratar de cerrar la disputa, enviándole ayer una carta a Clinton en la cual le solicitaba que "actuase de inmediato para poner fin a la presencia de la Marina en Vieques".

Pero funcionarios de la administración expresaron que el acuerdo logrado a comienzos de año entre Clinton y el gobernador puertorriqueño, Pedro Rosselló, mantenía su vigencia, a pesar del pedido de Serrano.

El acuerdo ordena la entrega de tierra y $40 millones a cambio del uso del campo de tiro hasta que los puertorriqueños definan la situación en un referéndum.

También establece que solamente podrán usarse bombas inertes.

"Por lo que, en la medida en que esos $40 millones son importantes para la isla de Vieques, el entrenamiento debe comenzar antes de que les sean entregados", declaró el vocero del Pentágono, Ken Bacon.