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THE VIRGINIA-PILOT AND THE LEDGER-STAR, NORFOLK, VA

Decisión sobre Vieques se está demorando, dicen legisladores

por Dale Eisman

March 23, 2000
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Un par de representantes republicanos se quejó el miércoles de que la administración Clinton se mueve con demasiada lentitud para desalojar a los manifestantes que desde hace 11 meses bloquean el uso de un campo de tiro en Vieques, Puerto Rico.

La resistencia a actuar pone en riesgo a los marineros y Marines en ultramar, argumentaron los representantes James V. Hansen, Rep.-Utah, y Steve Buyer, Rep.-Ind.

Ambos sostuvieron también que la Marina de Guerra y la Casa Blanca están sentando un peligroso precedente al acordar suministrar $40 millones en ayuda económica a Vieques y dejar que el destino final del campo de tiro sea decidido por los 9000 residentes de la isla.

El acuerdo de la Marina que permite a los votantes decidir si ésta puede reanudar los bombardeos con munición real equivale a una "recompensa a la desobediencia civil", manifestó Buyer, y "es un camino completamente equivocado".

Por su parte, Hansen se refirió a afirmaciones de líderes de la Marina acerca de que el campo de tiro es una parte irreemplazable del entrenamiento de las fuerzas navales en la costa este y se preguntó cómo reaccionaría el servicio si una protesta similar a la de Vieques "se realizara en Quantico".

Pero el Secretario de la Marina de Guerra Richard Danzig, que debió soportar el ataque de los legisladores al presentarse ante la Comisión de Servicios Armados de la Cámara de Representantes, argumentó que Vieques presenta una especial combinación de problemas.

Aunque la Marina está ansiosa por recuperar el control del campo de tiro y eventualmente verlo habilitado para el fuego vivo, "cómo y cuándo hacerlo es una decisión del Departamento de Justicia", dijo Danzig.

Insistió en que existen buenas razones para brindar ayuda económica y actuar lentamente para desalojar a los manifestantes.

Normalmente, los campos de entrenamiento militar están en bases militares o en sus proximidades y los miembros de la fuerza inyectan dinero y energía en la comunidad, explicó Danzig. Pero desde 1979, cuando los Marines cerraron un campamento cerca del campo de tiro, la Marina esencialmente usó a Vieques sólo como objetivo, por lo que la isla no sintió ningún beneficio.

Quizás lo más importante en la actual disputa es que los Viequenses y los puertorriqueños se ven a sí mismos como carentes de todo poder en Washington, añadió Danzig. Mientras que los civiles que viven cerca de los campos militares del territorio continental de los EE.UU. pueden quejarse a sus representantes y senadores sobre el ruido y otros peligros, Vieques y el resto de Puerto Rico están representados en Washington por un comisionado residente que tiene oficina legislativa e integra las comisiones pero no tiene derecho a votar.

Danzig dijo que el obvio resentimiento entre los puertorriqueños por el limitado control del territorio sobre sus propios asuntos lo llevó a la conclusión de que un referéndum acerca del futuro del campo de tiro tiene sentido como un medio para demostrarles que sus opiniones son importantes.

A pesar de que los manifestantes ocuparon el campo en protesta por la muerte de un guardia de seguridad cuyo puesto fue alcanzado por una bomba que erró el objetivo, esa queja no "es el tema central", agregó.

El acuerdo de la Marina de Guerra con Puerto Rico dispone que el campo de tiro sea reabierto esta primavera para bombas y proyectiles inertes y convoca a la realización de un referéndum que tendrá lugar después del 1º de septiembre sobre la posibilidad de reanudar el fuego vivo. Si pierde esa votación, la Armada deberá desocupar la isla por completo para mayo de 2003, movimiento que según advertencias de los republicanos dará lugar al posterior cierre de la Estación Naval Roosevelt Roads en la isla principal de Puerto Rico.

Danzig afirmó que la Marina ha sido consistente en rehusarse a negociar con los manifestantes o permitir que la disputa sea manejada por sus demandas. El referéndum y el paquete de ayuda son producto de un acuerdo entre el presidente Clinton y el gobierno de Puerto Rico, aseveró.

Danzig también destacó partes del acuerdo que vinculan toda entrega de fondos de ayuda a la renovada disponibilidad del campo. Como un gesto de buena voluntad -reconoció- la Marina ha entregado unos 100 acres en el extremo de la pista del aeropuerto de Vieques al gobierno de Puerto Rico, para colaborar a la mejora del aeropuerto, pero esa tierra no forma parte del paquete de ayuda, y su entrega no requería aprobación del Congreso.

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