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Puerto Rico Perfil: Almirante Horacio Rivero
25 de febrero de 2000
Marca Registrada © 2000 THE PUERTO RICO HERALD. Todos los
derechos reservados.
Los
puertorriqueños se han desempeñado con gran valentía
en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos durante más
de 100 años. Lucharon en todas las guerras y conflictos
en que participó la nación en el pasado siglo y
cuatro puertorriqueños - Fernándo Luis Garcia, Eurípides
Rubio, Carlos James Lozada y Hector Santiago-Colón - han
recibido la Medalla de Honor del Congreso.
Sin embargo, el historial de los puertorriqueños uniformados
no está completo sin tomar en consideración el papel
de liderazgo que han jugado en la defensa del país.
Muchos puertorriqueños han alcanzado prominencia en las
fuerzas militares norteamericanas y como oficiales de alto
rango continúan siendo vínculos vitales en la estructura
de comando militar.
Tal vez ninguna otra persona ha sido tan instrumental en la
creación de antecedentes para las próximas generaciones
de líderes militares puertorriqueños como el Almirante
Horacio Rivero. Es un veterano de la Segunda Guerra Mundial y
el conflicto Coreano, incluso de la crisis de los misiles en Cuba,
y se ha destacado, no sólo por su heroismo, sino por su
gran intelecto y capacidad de toma de decisiones sumamente acertadas.
Horacio Rivero nació en Ponce en 1910 cuando los norteamericanos
que controlaban su isla de origen abrigaban serias dudas de la
capacidad de la población de gobernarse a sí mismos.
Rivero habría de pasar toda su vida probando la falacia
de esa conjetura.
Su trayectoria no fue fácil. El pueblo de Puerto Rico
obtuvo su ciudadanía norteamericana en 1917. Ese mismo
año muchos se ofrecieron como voluntarios para luchar en
la Primera Guerra Mundial pero fueron relegados a tareas de menor
importancia en la zona del Canal de Panamá.
Nueve años después de esa "guerra para poner
fin a todas las guerras", Horacio Rivero entró a la
Academia Naval de los Estados Unidos en Annapolis, Maryland. El
4 de junio de 1931, el Alférez Rivero se graduó
de la Academia Naval con honores, ubicándose en el tercer
lugar en su clase de 441 estudiantes.
Según prosiguió con su carrera naval a través
de la década de los años 30, Rivero se valió
de varias oportunidades para expandir su conocimiento técnico
continuando estudios avanzados. Estudió ingeniería
eléctrica, primero en la Facultad Naval de Estudios de
Postgrado en Annapolis y luego en el Instituto de Tecnología
de Massachusetts en Cambridge, donde obtuvo su Maestría
en Ciencias en 1940.
Rivero sirvió con la Naval en el Pacífico Sur
durante la Segunda Guerra Mundial. Su primera encomienda en enero
de 1942 fue ayudar en los preparativos para un nuevo barco, el
USS San Juan. Durante los próximos tres años
y medio trabajó como Oficial de Artillería y Oficial
Ejecutivo en una variedad de barcos, incluyendo el USS San
Juan. Estuvo en posición de proveer protección
con artillería para los marinos que desembarcaron en Guadalcanal
y participó en el sitio de las Islas Marshall, Iwo Jima
y Okinawa.
Por su servicio durante la guerra, Rivero fue condecorado con
la Estrella de Bronce y Combate "V", así como
la Legión de Mérito. Su segunda distinción
fue el resultado de las exitosas estrategias que ejecutó
Rivero para salvar su barco, el USS Pittsburgh, después
que sufrió serias averías durante un tifón.
Gracias al liderazgo de Rivero, el barco pudo regresar al puerto
sin ninguna pérdida de vida entre su tripulación.
Después de la guerra, el Capitán Rivero continuó
destacándose en servicio a su país. A fines de la
década de los años 40 y comienzo de los 50 fue el
comandante de dos barcos, el USS William C. Lawe y el USS
Noble. Terminó sus estudios en la Universidad Nacional
de Guerra en 1953 y en 1954 pasó a convertirse en el Jefe
Asistente de Personal para Operaciones Navales.
En 1955, Rivero fue promovido al rango de Sub-Almirante y continuó
alternando su servicio entre posiciones de comando de barcos y
puestos de creciente importancia en Washington. Para el final
del gobierno del Presidente Eisenhower, estaba desempeñándose
como Sub-Jefe de Estado Mayor para Planes y Operaciones para el
Comandante en Jefe de la Flota Atlántica de Estados Unidos.
Simultáneamente era parte de la plana mayor del Comandante
en Jefe del Área del Atlántico Occidental.
En octubre de 1962 el Almirante Rivero se encontró en
medio de la crisis de los misiles en Cuba. Como Comandante de
las Fuerzas Anfibias de la Flota del Atlántico, estuvo
en posición de comando entre los barcos que el Presidente
Kennedy envió al Caribe para evitar el escalamiento de
la Guerra Fría a una Tercera Guerra Mundial.
En julio de 1964 Horacio Rivero hizo historia. Fue el primer
puertorriqueño y el primer hispano-americano en convertirse
en un Almirante de cuatro estrellas.
Desde 1968 hasta que se retiró de la Naval en 1972,
el Almirante Rivero fue el Comandante de las Fuerzas Aliadas en
el Sur de Europa. Después de cerrar con broche de oro una
carrrera de seis décadas, el Almirante Rivero permaneció
en la vida pública como Embajador de Estados Unidos en
España desde 1972 hasta 1975.
Hoy el Almirante Horacio Rivero vive en San Diego, California.
Recientemente fue nombrado Jefe Honorario del Comité de
Veteranos Norteamericanos en Pro de la Auto-Determinación
para Puerto Rico, una organización que recibe su propósito
y fortaleza del gran número de puertorriqueños que
han servido en las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. En calidad
de Jefe Honorario, el Almirante Rivero continúa siendo
una inspiración para otros puertorriqueños que aspiran
alcanzar todo el potencial y grandeza del cual son capaces.
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