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THE NEW YORK TIMES
El partido Republicano inicia una gran campaña
para atraer a los votantes hispanos
por Don Van Natta, Jr.
15 de enero de 2000
Copyright © 1999 THE NEW YORK TIMES. Todos los derechos reservados.
SAN JOSE, Calif., 14 de enero Después de que se
hubieran atenuado las luces en la sala de reuniones de un hotel
local, los oficiales republicanos procedieron a presentar un comercial
para televisión de 60 segundos de duración que esperan
les ayude a atraer a los votantes hispanos, comunidad que está
creciendo rápidamente y que se está transformando
en una fuerza política que podría llegar a modificar
los resultados de las elecciones presidenciales que tendrán
lugar el próximo otoño en algunos de los más
importantes estados.
El comercial presenta una narración de corte patriótico
pronunciada por un hombre mayor de origen hispano durante la festividad
del 4 de julio mientras que cuatro generaciones de su familia
flamean banderas de los Estados Unidos, recitan el himno nacional
y golpean repetidamente una piñata roja, blanca y azul.
"Ustedes saben", comenta esta persona que se identifica
con el nombre de Joe Guerra en breves comerciales producidos en
inglés y español, "que hasta mi anciano padre
de 95 años es republicano. Él me enseñó
sus valores, y yo se los enseñé a mis hijos y a
mis nietos. Cuando me preguntan por qué soy republicano,
contesto que los valores de mi familia son los valores del partido
republicano."
Cuando las luces se encendieron, muchos de los oficiales presentes
en esta reunión de invierno del Comité Nacional
del Partido Republicano expresaron su entusiasmo por el comercial,
el primero de una serie que el partido difundirá este año
como parte de una agresiva campaña de publicidad valuada
en US$ 10 millones y destinada a los votantes hispanos.
La campaña publicitaria es parte de una jugada del partido
republicano para atraer a los hispanos, quienes en las últimas
elecciones nacionales votaron en forma masiva por los demócratas.
Este esfuerzo, que los oficiales republicanos consideran "sin
precedentes" es crucial para el futuro del partido, explica
Jim Nicholson, presidente del comité nacional.
"La comunidad latina nunca antes fue tan importante como
en esta elección", comentó el Sr. Nicholson
en una conferencia de prensa que se desarrolló aquí.
"Y están transmitiendo este mensaje: 'Estamos abiertos
al cambio. Traten de convencernos. Presenten sus mejores armas'.
Mi función es lograr que así sea."
De hecho, el Sr. Nicholson explicó que la atención
concedida este año a los votantes hispanos se podría
comparar a la que se prodigó a las "madres del fútbol"
en 1996.
Tanto en foros públicos como en sesiones privadas que
se desarrollaron mientras duró su asamblea en el corazón
de Silicon Valley, los líderes políticos estuvieron
formulando la estrategia. Pese a que hubo pocos comentarios sobre
los planes para recolectar fondos, los oficiales discutieron varios
otros temas, tales como la utilización de las nuevas tecnologías,
el programa para las elecciones primarias de 2004 y los esfuerzos
para atraer a las mujeres y a los ciudadanos de origen afroamericano.
Sin embargo, la mayoría de los líderes republicanos
comentaron que el desafío más importante que enfrentan
es atraer más cantidad de votos hispanos, de manera "sostenida
y sincera", según la descripción de uno de
los consultores republicanos, Frank Guerra.
La cantidad de hispanos en los Estados Unidos ha crecido tan
rápidamente que se espera que superen a los afroamericanos
y se transformen en el grupo minoritario más grande de
toda la nación hacia 2005, y que llegará a representar
25 por ciento de la población en 2050. Los estados que
tienen las más importantes poblaciones hispanas California,
Texas, Nueva York y Florida actualmente representan 144
de los 270 votos electorales que se necesitan para ganar la Casa
Blanca.
"Nos enfrentamos a cifras que nadie puede ignorar",
explica Lionel Sosa, ejecutivo principal de García LKS,
una empresa publicitaria de San Antonio que se especializa en
el marketing para el mercado hispano.
"El partido que gane el voto hispano y que lo mantenga,
se transformará en el partido mayoritario en los próximos
30 años."
Varios oficiales republicanos reconocieron que necesitarían
contar con más comerciales bien producidos para atraer
una mayor cantidad de votantes hispanos.
Garabed Haytaian, presidente estatal del partido republicano
en Nueva Jersey, explicó, "Vamos a tener que comprometer
una gran cantidad de recursos dinero del partido -- para
ayudar a que los candidatos hispanos ganen."
Jenny Backus, secretario de prensa del Comité Nacional
del Partido Demócrata, criticó al nuevo comercial
mencionando que se trata de un "mensaje simplista, y algo
condescendiente" para los hispanos.
"Parece que los republicanos no aprendieron la lección
de la nueva Coca Cola", comenta la Srta. Backus. "Están
tratando de vender su producto, su agenda de temas, a personas
que no les gusta el sabor. Las personas tienen memoria, y este
enfoque no borrará la retórica divisoria sobre inmigración
que el Partido Republicano utilizó en el pasado."
Pese a que los hispanos distan de ser un grupo monolítico
las encuestas demuestran que en general se identifican con
su país de origen o con sus ancestros los líderes
republicanos explicaron esta semana que el partido compartía
con ellos "los valores que importan: un compromiso para con
la familia, una fuerte ética laboral, un amor hacia el
país y hacia la libertad, una creencia en las oportunidades
y la disposición de aceptar responsabilidades personales."
Si los resultados de las elecciones recientes pueden tomarse
como una guía, los hispanos en general se sienten más
a gusto con los demócratas. Apoyaron a Bill Clinton en
1996: 72 por ciento de su voto contra 21 por ciento para Bob Dole,
y 61 por ciento en 1992 contra 25 por ciento para George Bush.
Pese a los resultados, y aunque las encuestas demuestran que
la influencia de los demócratas en los hispanos creció
en la década del 90, los oficiales republicanos dijeron
que se sintieron alentados por una encuesta realizada por el republicano
Lance Tarrance.
La mencionada encuesta en la que se entrevistaron 1000 hispanos
en Houston, llegó a la conclusión de que 45 por
ciento eran "demócratas muy fieles" y que 30
por ciento eran "republicanos muy comprometidos".
Los Republicanos tratarán de atraer al 25 por ciento
restante o "grupo de enfoque" de votantes hispanos indecisos.
"Si no obtenemos el 40 por ciento de los votos hispanos
en la próxima generación, probablemente no llegaremos
a tener una reunión de tanta magnitud", comentó
el Sr. Tarrance en un panel de discusión que se desarrolló
el jueves pasado.
La apuesta republicana para lograr el voto hispano será
difícil en California, en donde las encuestas de salida
en 1998 demostraron que 78 por ciento había votado por
los demócratas, y sólo 17 por ciento por los republicanos
en las votaciones para el congreso y para gobernador. Otras encuestas
también mostraron que existe un pronunciado sentimiento
antirrepublicano en la comunidad hispana de California; sentimiento
que se atribuye principalmente a las políticas de Pete
Wilson, quien ganó un segundo período como gobernador
en 1994 apelando al sentimiento anti inmigración del estado.
En Texas, por otra parte, el Gobernador George W. Bush, quien
a menudo habla español en los actos de campaña en
los vecindarios con mayoría hispana, ganó la reelección
en 1998 con 48 por ciento del voto hispano.
"Atraer a los latinos en Texas será más
sencillo," comenta el Sr. Sosa, ejecutivo publicitario. "California
será más difícil, posiblemente mucho más
difícil."
Nueva York presentará un desafío igualmente difícil,
ya que 86 por ciento del voto hispano fue para Clinton en 1996.
El principal contendiente del Sr. Bush para la nominación
presidencial republicana, el senador John McCain de Arizona, quien
recibió la mayor parte del voto hispano en su última
elección, reconoció hoy que su partido se ha visto
muy perjudicado por las batallas sobre la educación bilingüe,
inmigración y acción afirmativa.
"Nos llevó mucho tiempo lograr que los hispanos
abandonaran nuestro partido", relató el Sr. McCain
en una de las paradas de campaña en New Hampshire, "y
nos va a tomar mucho tiempo atraerlos nuevamente, especialmente
en California. El camino a recorrer es muy largo."
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