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Puerto Rico Perfil: José Celso Barbosa
3 de diciembre de 1999
Marca Registrada © 1999 THE PUERTO RICO HERALD. Todos los
derechos reservados.
José Celso
Barbosa es uno de los gigantes de la historia puertorriqueña,
un hombre que aspiró incansablemente por su propio éxito
y el de su pueblo. Puertorriqueño de descendencia africana,
Barbosa tuvo que superar el racismo y la discriminación
a través de toda su vida. Vivió 64 años,
de 1857 a 1921, período durante el cual el pueblo de Puerto
Rico estuvo involucrado en una constante lucha por su libertad
social y política. Nació en Bayamón, hijo
de un albañil en lo que en ese entonces era un rincón
remoto del imperio español. Murió como médico
de gran influencia, un gran puertorriqueño, ciudadano norteamericano,
y uno de los hombres de raza negra más prominentes de su
época.
Cien años atrás, el 4 de julio de 1899, Barbosa
fundó el Partido Republicano de Puerto Rico. Con ello Barbosa
vio la culminación de su visión para el futuro de
Puerto Rico, un futuro en que se garantizaría la libertad
y oportunidades a través de la unión permanente
con los Estados Unidos. Un siglo después de ese momento
crítico en la vida de Barbosa, resulta apropiado analizar
brevemente la base de su fe en la estadidad para Puerto Rico.
Toda su vida Barbosa fue el desventajado. Igual que toda persona
que logra triunfar ante desafíos descomunales, sus metas
eran poco realistas o probables, pero logró convertirlas
en realidad. Una y otra vez superó enormes obstáculos
mediante la combinación de visión, talento y determinación.
Según iba alcanzando sus triunfos personales, se valió
de los mismos atributos para luchar por el futuro de Puerto Rico.
La fuerza motriz durante la juventud de Barbosa fue su tía
Lucía Triano, o Mamá Lucía. Ella reconoció
el potencial del joven "Pepito" y se dio de lleno a
educarlo. Gracias al apoyo de su tía y considerable talento
de Barbosa, fue admitido en 1870 al Seminario Conciliar de San
Juan, la única escuela secundaria que había entonces
en la isla. En esa institución jesuita, Barbosa fue objeto
de burlas por ser pobre y de raza negra; no obstante logró
sobresalir en los rigurosos estudios clásicos, a pesar
del ambiente hostil que lo rodeaba.
Para la próxima etapa de su educación, Barbosa
abordó un barco azucarero rumbo a Nueva York, donde aprendió
inglés, con la intención de continuar sus estudios
en la Universidad de Columbia. Cuando Columbia lo rechazó
por razones de raza, se matriculó en la Universidad de
Michigan donde estudió medicina.
Mientras se encontraba en Michigan, Barbosa desarrolló
una profunda y duradera afinidad con los principios y el sistema
político norteamericano. Observó que Thomas Jefferson
había instado a su sobrino a aprender español debido
al papel que había jugado en la raíz de la civilización
norteamericana. También fue gran admirador de Abraham Lincoln,
emancipador de los esclavos y campeón de los valores que
confirieron a Barbosa la oportunidad de surgir en el mundo. En
1880 Barbosa obtuvo su título en medicina de la Universidad
de Michigan. Se graduó como el primer alumno de su clase.
Cuando regresó a Puerto Rico más tarde ese año,
Barbosa nuevamente enfrentó resistencia, esta vez al tratar
de establecer su práctica médica. Pero de nuevo,
su talento y determinación le permitieron romper las barreras
raciales y se convirtió en un prominente médico.
Para fines de los años 1880, Barbosa entró en
el campo político como miembro de las sociedades secretas
que tenían como fin menoscabar la presencia colonial española
en la isla. Tal como reveló posteriormente, el objetivo
de esas sociedades que alentaron a toda una generación
de líderes puertorriqueños, fue ayudar en la labor
de "asistencia, protección y defensa mutua entre los
puertorriqueños en favor de su progreso moral y material
para salvaguardar su precaria situación económica
de modo que una vez más pudieran convertirse en los propietarios,
aunque fuera de una pequeña porción, de los recursos
de riqueza en su tierra".
Una década más tarde, Barbosa se convenció
de que era más factible alcanzar esas metas mediante la
unión con Estados Unidos. Consideró que Estados
Unidos - a pesar de serias fallas en su ejecución - contaba
con un sistema y estructura con la capacidad de establecer y garantizar
libertad. Por lo tanto, en 1898, hablando ante un grupo de autonomistas,
Barbosa dijo: "Aspiramos a convertirnos en otro estado de
la unión a fin de poder afianzar el carácter del
pueblo puertorriqueño". Lo que Barbosa quería
y promovió no fue asimilación sino verdadero poder
mediante los derechos que confiere la estadidad.
Barbosa fue sin duda un hombre adelantado a su era. Fue campeón
de la lucha por la educación y salud del pueblo, con tanto
ahínco como se le confiere hoy a esos temas. Más
aún, rompió con las limitaciones conceptuales de
lo que significaba en el siglo XIX ser un hombre de raza negra
y ser puertorriqueño; al lograrlo, no sólo se convirtió
en un extraordinario hombre de raza negra, sino también
en un destacado puertorriqueño y norteamericano.
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