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Puerto Rico Perfil: Eurípides Rubio
24 de septiembre de 1999
Marca Registrada © 1999 THE PUERTO RICO HERALD. Todos los
derechos reservados.
Este reportaje es el segundo
de una serie de cuatro perfiles de puertorriqueños que
han recibido la más destacada condecoración que
el gobierno de Estados Unidos confiere al personal militar.
- Nosotros pocos, agraciados
pocos, que nos unimos en hermandad;
- El que verte su sangre
conmigo hoy
- Será mi hermano.
- -Shakespeare, Henry V, acto, IV, escena
3
Eurípides
Rubio vertió su sangre en Vietnam. "Inspirados por
Rubio nos internamos al área de batalla más empedernida
y la mayoría de nosotros pagamos el precio voluntariamente,
igual que él", comenta Enrique V. Pujas. "Ninguno
de nosotros le repudiamos nada y mucho menos queremos privarlo
del reconocimiento del ejemplo que nos dio."
Eurípides Rubio recibió la Medalla de Honor del
Congreso. Fue el segundo puertorriqueño en recibir el honor
y uno de 1,225 puertorriqueños que han dado la vida en
servicio de su patria.
Nació en Ponce, Puerto Rico, el primero de marzo de
1938, y se enlistó en el ejército de Estados Unidos
en el Fuerte Buchanan en Puerto Rico. Ascendió al rango
de Capitán del Primer Batallón del 28 de Infantería.
Los esfuerzos de Rubio durante la guerra de Vietnam fueron
un reflejo, no sólo de su devoción al país,
sino también de su compromiso con los hombres que tenía
bajo su mando. "El Capitán Rubio era querido por los
hombres que sirvieron con él y además fue un líder
que inspiró a sus seguidores". Pujals recuerda a Rubio
como el comandante de su compañía cuando entró
al servicio en septiembre de 1964. Pujals fue uno de 13 líderes
del batallón de la compañía de Rubio que
se ofrecieron como voluntarios para ir a Vietnam en julio de 1965.
Muchos de la compañía fueron enviados a Vietnam
para unirse a las filas del Primer y Segundo Batallón del
Séptimo Regimiento de Caballería de los Estados
Unidos. Gran parte de ellos fueron puertorriqueños y "la
mayoría se registraron como bajas en combate" en los
encuentros en el Valle Drang de noviembre de 1965, donde murieron
o sufrieron heridas, recuerda Pujals que fue uno de los que sufrió
heridas en batalla. Cuando Rubio murió en la Provincia
Tay Ninh el 8 de noviembre de 1966, Pujals se encontraba en servicio
en el Fuerte Buchanan en Puerto Rico recuperándose después
de pasar siete meses en una cama del hospital.
La narrativa de la condecoración de Rubio ofrece un
escalofriante relato de su valor bajo las peores condiciones posibles.
"El área se encontraba bajo intenso ataque de las
ametralladoras del enemigo, a la vez que explotaban granadas de
rifle y disparos de artillería dentro del perímetro".
Rubio infiltró el área bajo mayor ataque del enemigo
para ir a distribuir municiones, re-establecer posiciones y ayudar
a los heridos. Recibió dos heridas en su esfuerzo, pero
a pesar de las heridas, asumió la comandancia cuando un
comandante de la compañía de artillería fue
evacuado por el personal médico. Entonces recibió
una tercera herida en un intento por desplazarse entre sus hombres
para "animarlos a luchar con renovado esfuerzo".
Se encontraba ayudando a desalojar al personal herido cuando
descubrió una granada de humo que había caído
muy cerca de las líneas amigas. En preparación para
las prácticas de ataques aéreos, las granadas de
humo se usaban para indicar la posición del Viet Cong.
Decidido a evitar una tragedia innecesaria corrió para
cambiar la posición de la granada. Inmediatamente "cayó
de rodillas" bajo fuego enemigo. Pero, aún con sus
múltiples heridas, tomó la granada y la lanzó
a lo largo del área del mortal asalto y logró que
cayera a unos 20 metros de la posición enemiga. Lanzando
la humeante granada hacia el centro de las tropas enemigas, Rubio
se desplomó por última vez.
Su muerte fue determinante. La posición enemiga fue
destruida porque los aviones amigos lograron valerse de la granada
reubicada para determinar la posición exacta del atacante.
"El acto singularmente heróico del Capitán
Rubio cambió el desenlace de la batalla y su extraordinario
liderazgo y valor fueron una magnífica inspiración
para sus hombres".
La Medalla de Honor del Congreso es un reconocimiento a su
valor y desinteresada preocupación por sus hombres, haciendo
honor a las más altas tradiciones del servicio militar.
Su destacado servicio confirió crédito a su persona,
su herencia y su patria. Ese es el legado que nos ha dejado a
nosotros.
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