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José Ferrer: Perfil

14 de julio de 1999
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"Un autor puede escribir algo que perdure 300 años después de su muerte," observó José Ferrer durante una entrevista en 1986, "pero cinco minutos después de mi muerte, ya no puedo actuar ni dirigir más."

A pesar de que su ausencia del escenario y la pantalla se ha hecho sentir desde su muerte en 1992, la herencia de José Ferrer sigue siendo parte integral de la cultura norteamericana.

José Ferrer nació en Santurce, Puerto Rico el 8 de enero de 1912, y se convirtió en uno de los actores más reconocidos y admirados en Broadway y Hollywood. Sus talentos fueron más allá de la actuación. Se destacó también como director, escritor, productor, cantante y compositor. La resonancia de su voz y exquisita articulación del idioma inglés fueron algunos de sus memorables talentos.

Recibió reconocimiento por sus logros artísticos y grandes talentos a través de muchas nominaciones de la Academia y premios Tony. En 1947, cuando se otorgaron por primera vez los premios Tony, José Ferrer compartió los honores del Mejor Actor con Fredric March por su actuación en el papel principal de Cyrano de Bergerac. Ganó un premio de la Academia en 1950 por la misma actuación en la versión filmada, y esto lo convirtió en el primer actor en ganar un Oscar por la recreación de un papel teatral en una película. Donó su cotizado Oscar a la Universidad de Puerto Rico donde sirve de inspiración a los jóvenes aspirantes a carreras teatrales.

En 1952 ganó su segundo premio Tony por el Mejor Actor por su actuación en "The Shrike". Ese mismo año también recibió el premio Tony por el Mejor Director de la temporada por su trabajo en tres obras diferentes: "Stalag 17", "The Fourposter" y "The Shrike". Volvió a realizar su actuación en "The Shrike" cuando en 1955 inició su carrera como Director cinematográfico con la versión filmada de 1955 de esa obra.

Posteriormente Ferrer recibió una nominación para el Oscar por su actuación como Toulouse Latrec en la película Moulin Rouge (1952). En 1948 recibió la nominación de la Academia como Mejor Actor Secundario por su actuación como Dauphin en la película "Joan of Arc".

"Pensé que no tenía futuro en películas," explicó Ferrer. "Con mis facciones, calculaba que me seleccionarían para desempeñar papeles de chofer de taxi chistoso, el nuero borracho o el vecino amistoso, esos papeles a los que se refieren como `el amigo del héroe'. Una de las ventajas de ponerse viejo es que cuando era joven, consideraba que mi apariencia era cómica. A mi actual edad, ahora considero que era bien guapo."

Ya fuera por su apariencia o sus extraordinarios talentos, Ferrer hizo su aparición en 70 películas. También dirigió 13 producciones de Broadway, 7 películas y hablaba 5 idiomas. En su vida personal, se casó cuatro veces y tuvo seis hijos. Se graduó de la Universidad de Princeton en 1933.

"Uno hace lo mejor que puede," dijo en 1986, "luego se aceptan las alabanzas, que a menudo son excesivas, o las críticas, que a menudo también son excesivas. En este negocio hay que tener una coraza gruesa para hacer frente a las humillaciones, rechazos y fracasos -- todo lo cual se repite a lo largo de la carrera. No existe un actor vivo en la actualidad -- exitoso o no -- que no tiene que lidiar a diario, de una forma u otra, con heridas, lesiones o traumas. No hay forma de evitarlo."

La reputación de Ferrer y sus continuos éxitos a través de los años forjaron el camino para muchos otros actores puertorriqueños. Su herencia abrió las puertas a artistas puertorriqueños como Raúl Julia, Rita Moreno, Tito Puente, Chita Rivera y su propio hijo, Miguel Ferrer, hijo con su tercera esposa, Rosemary Clooney.

Ferrer estuvo acertado en su observación que llegaría el momento en que ya no podría actuar o dirigir, pero su contribución a la matriz de la cultura norteamericana todavía perdura.