REPORTE DE PUERTO RICO

Subestimar a Acevedo Vilá

por John Marino

19 de noviembre de 2004
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. Aníbal Acevedo Vilá fue la segunda opción y en algunos casos la tercera, como candidato gubernatorial entre los líderes del Partido Popular Democrático.

Tras el brusco anuncio el año pasado de que la Gobernadora Calderón no se presentaría para un segundo mandato en el cargo, los peces gordos del PPD, con el aparente beneplácito de la gobernadora, ungieron a José Alfredo Hernández Mayoral como candidato gubernatorial. Solo después de que el hijo del anterior gobernador abandonara la carrera debido a problemas de salud en la familia, surgió Acevedo Vilá , tras muchas luchas internas, como candidato por consenso. Un contingente de los principales líderes del PPD presionaba a favor del Senador Roberto Prats, que pasaría a ser el compañero de Acevedo Vilá en la carrera de este año.

En una entrevista con reporteros y editores poco después de haber sido escogido como candidato gubernatorial, le preguntaron a Acevedo Vilá si se sentía molesto o herido por el aparente trato poco honroso que había recibido por parte de los veteranos del partido. No solo fue un leal compañero de carrera para la Gobernadora Calderón, asumió la presidencia del partido en uno de los momentos más bajos del PPD, tras el vapuleo recibido en las urnas en noviembre de 1996, cuando el anterior Gobernador Pedro Rosselló fue reelegido obteniendo más de 1 millón de votos. Aún así, la jerarquía del PPD estaba dispuesta a darle de lado por un abogado que todavía no había demostrado su valía y nunca había ocupado un cargo público, ni siquiera había pasado demasiado tiempo en público.

Como respuesta, Acevedo Vilá sencillamente se rió. "Así es la política," dijo.

Hoy en día, si mantiene su ventaja de 3.880 votos sobre Rosselló, mediante el penoso proceso de escrutinio y el subsiguiente recuento, se encontrará entre los pocos políticos del PPD que se proclamen victoriosos tras la contenciosa batalla electoral de este año. No solo será el indiscutible líder de su partido, si no que al ser elegido gobernador, con un comisionado residente, una Legislatura y una mayoría de alcaldías controlados por la oposición política, tendrá la gran oportunidad de demostrar que puede ser un líder bipartidista, algo nunca visto en la política de la isla. Tendrá que hacerlo si quiere tener éxito como gobernador en lo que parece una primera ocasión histórica: una papeleta dividida en la cima.

Si se impone, tendrá la buena suerte de trabajar con Luis Fortuño, el comisionado residente electo del PNP que también es bastante capaz de tender la mano a través de las filas del partido para lograr que las cosas se hagan en Puerto Rico. También tiene una autoridad adicional como miembro en alza del Partido Republicano, encaja bien con el Demócrata Acevedo Vilá, especialmente desde su puesto en D.C. donde gobiernan los Republicano. Pero Fortuño también sería el contrincante más probable que se enfrentase a Acevedo Vilá en una nueva contienda electoral dentro de cuatro años.

Los críticos, incluido Rosselló, han dicho que una administración de Acevedo Vilá sería desastrosa debido a los favores políticos que debería tras las elecciones y el poder que seguiría manteniendo el PNP a pesar de su pérdida de La Fortaleza.

Pero Acevedo Vilá ha demostrado ser un político imperturbable, que ha caminado alegremente hacia situaciones aparentemente perdidas. Es una de las razones por las cuales sus oponentes siempre le han subestimado a pesar del hecho de que nunca ha perdido unas elecciones. Ha utilizado el menosprecio de los críticos en beneficio suyo a lo largo de su carrera.

Esto resultó evidente cuando se hizo cargo de un destrozado PPD en 1997, dirigió la batalla del ELA a través de las vistas de Young Bill y devolvió la vida al partido durante la campaña del plebiscito de 1999 en la cual maquinó el controvertido apoyo a la quinta opción, "ninguna de las anteriores". Y resultó evidente el año pasado después de que alegremente aceptase la invitación del PPD para presentarse a gobernador tras el desaire inicial y las cifras de las encuestas mostrasen que sería derrotado en una carrera contra Rosselló.

El antiguo gobernador Rosselló también subestimó a Acevedo Vilá y el malestar general del pueblo ante la perspectiva de un tercer mandato de Rosselló. En su entrevista más extensa desde el Día de las Elecciones, en el periódico El Vocero, Rosselló acusó a los independentistas de la isla de "vender" sus votos respaldando a Acevedo Vilá

Rosselló también salió lanzando golpes contra una posible administración de Acevedo Vilá. Dijo que el PPD ya no es un partido que puede ser elegido por su "propia fuerza", y por lo tanto estaba endeudado con aquellos que formaron una alianza para ayudarle a tener éxito en las urnas. Por lo tanto, el PPD asumiría una "agenda separatista ". Pero el antiguo gobernador no mencionó que sus dos carreras gubernatoriales con éxito tuvieron éxito precisamente por la habilidad de Rosselló para atraerse el apoyo de no miembros del PNP.

La difícil situación de Rosselló no es solo achacable a la alianza del PPD con los defensores de la independencia para votar por Acevedo Vilá en la papeleta gubernatorial, si no a su propia estrategia de campaña.

Durante un breve momento, al principio de su regreso a Puerto Rico para hacer campaña por La Fortaleza, Rosselló puso de relieve su lado progresista, abogando por la cobertura sanitaria universal y asumiendo posturas contra las leyes de la isla sobre sodomía, en un aparente intento por atraer a votantes que no fueran del PNP. Pero la campaña rápidamente cambió de dirección hacia lo que los arquitectos aparentemente creyeron sería una repetición de las elecciones de 1996. Conforme Acevedo Vilá lanzaba acusaciones de corrupción contra Rosselló, las filas de Rosselló devolvieron el ataque pintando al PPD como incompetente. Pero Acevedo Vilá no pudo ser aplastado del mismo modo que el antiguo alcalde de San Juan, Héctor Luis Acevedo, lo fue hace ocho años.

La campaña de Rosselló actuó como si estuvieran convencidos de que Acevedo Vilá no podía atraer suficiente respaldo desde dentro del PPD para derrotar a Rosselló. Aparentemente no tuvo en cuenta a los miembros que abandonaron las filas del Partido Independentista Puertorriqueño, poniéndole por encima, quizás con la ayuda de algunos miles de miembros del PNP que se negaron a votar a Rosselló (¿qué otra razón podría haber para las 5.000 papeletas gubernatoriales en blanco?)

Mientras que Rosselló limitó sus contactos con la prensa a medios de comunicación "amistosos" durante gran parte de la campaña, Acevedo Vilá estaba disponible para cualquier aparición y cruzó la isla de un lado a otro a un ritmo cada vez más frenético conforme se acercaba el Día de las Elecciones. El antiguo gobernador se concentró en incrementar progresivamente el respaldo del PNP y la participación, mientras que Acevedo Vilá pedía abiertamente los votos de los partidarios de la independencia y la estadidad.

Desde el Día de las Elecciones, Acevedo Vilá también ha utilizado hábilmente la buena suerte de su leve ventaja tratando de dar ante el público la imagen de gobernador electo. Nombró un comité de transición, se ha reunido con frecuencia con la Gobernadora Calderón y ha enviado a su esposa e hijos a La Fortaleza para escoger sus dormitorios.

Todavía quedan miles de votos por escrutar y cientos de miles más por recontar y más batallar con los pleitos antes de que finalmente se despeje el humo y se declaré oficialmente un gobernador electo.

Pero el bando de Rosselló debería tomar nota: se trata del enrevesado paisaje político en el cual Acevedo Vilá se ha desenvuelto a lo largo de su carrera política.

La estrategia de campaña del PNP y la muy real subestima por parte del candidato de las habilidades políticas de Acevedo Vilá, son tan responsables de la actual posición de Rosselló como número 2, como cualquier frágil alianza que Acevedo Vilá haya sido capaz de establecer con los partidarios de la independencia en la isla.


John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net

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