Puerto Rico tenía el aspecto de un arruinado país tercermundista tras el paso de la Tormenta Tropical Jeanne, dejando a toda la isla sin electricidad y a la mayor parte de la gente sin agua corriente.
La tormenta tenía bastante fuerza, descargó 28 litros/m2 de lluvia en la isla y trajo vientos que en su punto álgido alcanzaron la fuerza de un huracán de 80 mph. Se han atribuido tres fallecimientos a la tormenta, las inundaciones destruyeron barrios pobres y cosechas y anegó árboles y los postes eléctricos dejaron cortadas varias carreteras. Pero cualquiera que haya vivido el Huracán Georges, que arrasó Puerto Rico desde Humacao a Mayaguez con vientos superiores a las 100 mph, se rascaba la cabeza preguntándose por qué la isla estaba tan destrozada después de Jeanne, que sin duda era una inclemencia climatológica, pero no llegaba ni mucho menos a la categoría de catástrofe. Y la mayoría ha llegado a la conclusión de que los errores humanos, en lugar de las iras de la naturaleza, son los responsables de convertir en un desastre esta semana la vida de los 3,8 millones de habitantes de la isla.
Normalmente, los huracanes son un buen momento para la gobernadora. Da lugar a varias apariciones en televisión en horario de mayor audiencia, y es difícil no aparentar tener la situación controlado desde el centro de operaciones de la Agencia de Gestión de Emergencias Estatales, rodeada por los principales responsables del gobierno y toda clase de artilugios de alta tecnología. Tras varias fallidas tormentas que amenazaron la isla recientemente, la Gobernadora Calderón realmente parecía estar haciéndose con el manejo de emergencias. Y desde la perspectiva de las relaciones públicas, dio a la ya quemada gobernadora algo importante que hacer en sus últimos meses de mandato.
Pero después de Jeanne, probablemente sea una buena cosa que Calderón haya optado por no intentar ser reelegida para un segundo mandato. Dudo que hubiera resultado reelegida.
Para proteger las plantas de producción energética y las líneas de transmisión, la administración Calderón decidió cortar el suministro de energía eléctrica a toda la isla en una medida supuestamente sin precedentes al ir acercándose la tormenta a la isla. Pero lo que pasó fue que la tormenta llegó y se marchó y la energía eléctrica no volvió, y los responsables de la administración no daban respuestas claras sobre cuándo volvería. Mientras escribo esto, un día después de que la tormenta llegara y se marchara, la gran metrópolis de San Juan, y la mayor parte de la isla, ha quedado totalmente sin agua y electricidad. Claro está, la falta de energía eléctrica dejó sin funcionamiento muchas plantas de agua potable de la isla, así que casi la mitad de Puerto Rico no tiene agua corriente. Aún así, ni la Gobernadora Calderón ni sus principales representantes, como el Director de la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, Héctor Rosario, han dado respuestas sobre cuándo volverá la energía eléctrica.
No fue hasta casi las 11 p.m. del miércoles por la noche, cuando el ojo de Jeanne estaba dejando la isla, que Rosario finalmente dio una conferencia de prensa, obligado, sin duda por las constantes quejas a través de las ondas de radio de la isla sobre la falta de información. Dijo: "Es importante que el país sepa que en estos momentos estamos trabajando. Disponemos de alguna energía eléctrica en el norte y en Vieques y Culebra."
Lo que Rosario no dijo fue lo que todo el mundo quería escuchar: cuándo podría disponer de nuevo la gran mayoría de los puertorriqueños de sus luces. No podía decirlo. La AEE no restablecería el suministro eléctrico hasta que el estado de las líneas de transmisión en las montañas centrales pudiera ser inspeccionado, dijo. Esto tendría lugar el jueves, y durante una conferencia de prensa a primera hora de la mañana, Calderón aseguró que no se restablecería el suministro eléctrico hasta que las líneas hubieran sido comprobadas. Citó la seguridad de los trabajadores como su principal preocupación.
El proceso podría llevar entre 3 días a 3 semanas.
Es difícil saber lo que realmente ocurrió, porqué una tormenta tropical de una fuerza limitada fue capaz de dejar a millones de residentes sin agua ni luz. Al defender su decisión, Calderón señaló las muertes ocurridas durante Georges, tanto la de dos residentes golpeados por la caída de postes eléctricos como la de obreros que estaban trabajando las veinticuatro horas en su reparación para restablecer el suministro eléctrico.
Los desastres también son un momento para unirse, y dejar a un lado las luchas políticas, al menos hasta que las cosas vuelvan a la normalidad.
Pero la forma en que Calderón manejó Jeanne, y las anteriores tormentas que amenazaron la isla, añadirán fuego a los críticos que han cuestionado su capacidad administrativa. No se trata solo de los cortes de suministro de agua y electricidad a gran escala. Incluso antes de Jeanne, las decisiones del gobierno sobre el cierre de las escuelas públicas y las oficinas del gobierno se tomaron a última hora de la noche anterior a que las decisiones fueran a entrar en vigor, dejando a las personas poco tiempo para hacer planes. ¡Además, la ley seca y otras medidas fueron decretadas incluso sin decírselo claramente al público!
Dejar a millones de personas sin agua ni luz durante un largo período de tiempo es ya de por sí peligroso, y Calderón tendrá que responder por su decisión de dejar inactivo todo el sistema, que aparentemente fue una medida sin precedentes.
Quizás sea posible que cometer un error por exceso de cautela no sea el modo más seguro de actuar.
La ira de los residentes aumentó ante el diluvio de informes sobre el hecho de que las torpezas humanas, en lugar del malvado clima, eran el principal motivo de que la mayor parte de Puerto Rico siga todavía sin luz ni agua dos días después del paso de la Tormenta Tropical Jeanne.
Un millón de isleños seguían sin energía eléctrica el viernes y casi la mitad de todos los hogares no tenían agua. Y el Director de la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico, Héctor Rosario, seguía buscando a tientas una respuesta a la pregunta: ¿cuándo volverá la luz?
Mientras la Gobernadora Calderón pedía al gobierno federal que declarase todo Puerto Rico zona de desastre, las informaciones de la radio y la prensa preguntaban en voz alta si la forma en que el gobierno manejó la emergencia había causado más daños que la tormenta. Un informe estimaba el impacto económico de un día sin electricidad en Puerto Rico en $80 millones, mientras que el mayor impacto de Jeanne probablemente sea su impacto sobre el sector agropecuario, estimado en $100 millones.
El punto crucial de las críticas era la decisión de la AEE de cortar el suministro de energía eléctrica en toda la isla, en lugar de hacerlo mediante un sistema informatizado que automáticamente corta el suministro en zonas determinadas cuando las condiciones del viento o el agua se deterioran de forma demasiado drástica.
Normalmente, solo a la vista de un huracán de Categoría 3 se cortaría el suministro de energía eléctrica, lo cual la mayoría de los expertos dicen puede causar tantos daños como una tormenta.
Un informe de prensa citaba a un responsable de la AEE diciendo que probablemente se tardaría una semana en que la mayor parte de la isla recobrara el suministro eléctrico y hasta tres semanas en que quedara plenamente restablecido.
Mientras la Gobernadora Calderón y Rosario han defendido la decisión como una medida precavida, la mayoría de los observadores tachaban de inexperiencia e "improvisación" al servicio público por lo que calificaban de una mala decisión.
La falta de suministro eléctrico es el tema de conversación en San Juan, conforme los residentes esperan largas colas para el hielo, los alimentos y otros artículos de primera necesidad, o tratan de conseguir algo de comida en uno de los restaurantes abastecidos por un generador, los cuales se encuentran abarrotados en todo momento.
Los programas de radio están recibiendo las llamadas de los frustrados residentes que lanzan sus iras contra la administración.
La mayoría dice que hay más personas ahora que están en peligro, viviendo sin agua ni luz, que cuando pasó Jeanne.
Hay personas de edad que necesitan la electricidad para sus respiradores, jóvenes madres solteras que luchan por mantener a sus bebes alimentados y limpios sin agua ni electricidad. Por todos lados, San Juan, una ciudad llena de conductores locos y sin semáforos, es más peligrosa hoy.
John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |