10 de septiembre de 2004
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La contienda presidencial: un país dividido -- ¿es la economía o el terrorismo?
Las convenciones de ambos partidos ya son historia y el candidato republicano, George W. Bush, así como su contrincante demócrata, John Kerry, han desplazado sus campañas para dar impulso a sus bases ideológicas y lograr el compromiso de los votantes, especialmente los que aún no se deciden, sobre quién es el hombre correcto para dirigir al país durante los próximos cuatro años.
El país está tan dividido como lo estaba al comienzo de la presidencia de George W. Bush después de la agonizante y controvertida victoria electoral. Se escapó totalmente de sus manos el poder hacer realidad cualquier aspiración que hubiera tenido de sanar la brecha partidista que tiene profundas raíces en el ente político de los Estados Unidos. Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001 y el estancamiento económico en que se ha visto el país durante los últimos cuatro años han cimentado la opinión pública a favor o en contra de George Bush. Ahora en las próximas elecciones se anticipa que cualquiera de los dos candidatos tiene igual probabilidad de ganar.
En San Juan, Ponce o Arecibo, no se llevarán a cabo manifestaciones presidenciales porque Puerto Rico no participará en las elecciones del 2 de noviembre del 2004, pero las prioridades de cada uno de los candidatos y los compromisos que asuman durante sus campañas son de vital importancia para la isla. Las políticas del gobierno federal, que llevarán a la práctica uno de ellos durante los próximos 4 años, afectarán las vidas de 3.9 millones de ciudadanos estadounidenses que viven entre Fajardo y Mayaguez.
La larga y crecientemente acrimoniosos campaña presidencial parece haberse reducido a dos temas de primordial relevancia: la economía y el terrorismo, seguidos de una sóla pregunta: "¿Quién es el mejor candidato para lidiar con ambos?" Los demócratas están poniendo énfasis en lo primero, los republicanos en lo último.
LA ECONOMIA:
La economía se perfila como uno de los temas de mayor importancia para los votantes, que generalmente se traduce en términos de empleos, impuestos y fondos federales disponibles para necesidades nacionales de urgencia. Asuntos relacionados con la "calidad de vida", tales como pobreza, cuidado de salud y educación, surcan en torno al estado de la economía y su capacidad de crecimiento. Bush y los republicanos dicen que heredaron una economía en recesión y que han logrado revertir esa condición. Kerry y los demócratas dicen que Bush ha tomado decisiones económicas equivocadas durante cuatro años al recompensar a las industrias por llevarse empleos al exterior y extender cortes tributarios que favorecen los ingresos de sólo un 2% de la población ofreciendo muy poca ayuda a la mayoría de la clase media.
Empleos, la falta de ellos, la tasa a la que han aumentado, su calidad y salarios, serán un factor decisivo en la selección de un Presidente, especialmente en los estados en que se han registrado masivas pérdidas de empleos debido a la "salida" de empleos de manufactura hacia países donde la mano de obra es baja, tal como China. George Bush dice que la creación de empleos está aumentando, mientras que John Kerry insiste en que ese crecimiento no es suficiente para compensar por las pérdidas masivas de empleos desde el 2000 y que los empleos que ahora se están creando pagan unos $9,000 menos que los que se perdieron. Kerry recuerda al electorado que George Bush será el primer presidente desde 1932 que enfrenta un proceso de re-elección sin haber creado un aumento neto de empleos en el país.
A comienzos de esta semana, la Oficina de Presupuesto del Congreso, que no es partidista, informó que el déficit federal de este año alcanzará una cifra sin precedentes de $442 mil millones de dólares, anuncio que inmediatamente dio energía a la retórica de la campaña presidencial. Con las inversiones federales alcanzando un récord de $2.3 mil billones, el gobierno está en la actualidad tomando prestado un dólar de cada cinco que usa. A la larga, tal política fiscal podría significar recortes presupuestarios drásticos en el futuro en los programas federales tales como Medicare y pagos de retiro del Seguro Social, especialmente a medida que la generación conocida como la de los "baby boomers" – los nacidos durante los años de gran explosión poblacional entre 1945-1960 – comienzan a retirarse de sus trabajos y a solicitar beneficios de retiro.
Los demócratas en sus viajes de campaña han criticado al Presidente Bush por despilfarrar los enormes presupuestos de excedentes que heredó del gobierno de Clinton, por precipitar un déficit sin precedentes mediante el inicio de cortes tributarios no justificados y derrochar inversiones en una guerra innecesaria contra Irak. Sin embargo, los republicanos insisten que, como ahora se anticipa que la inversión será de 50 mil millones menos de lo que se había pronosticado hace seis meses, que eso es evidencia de una mejora económica. Cualquier aumento en las inversiones que requiera el conducir una guerra en Afganistán e Irak, dicen, se considera un gasto necesario para mantener a la nación libre de la amenaza terrorista.
El objetivo de Kerry/Edwards de crear y mantener empleos en el país, mediante la reducción del déficit y restricciones en las inversiones federales, es idéntico al de Bush/Cheney, pero la pregunta está en cuál de los dos equipos puede lograrlo. Los demócratas quieren dar empuje a los empleos limitando los crecientes costos de cuidado de salud para los empleados y recompensando a empresas que mantengan sus planteles de personal en los Estados Unidos. Los republicanos quieren reducir las regulaciones que afectan a las empresas, perpetuando exenciones contributivas y protegiendo a las empresas de lo que ellos llaman "demandas frívolas" en los tribunales.
TERRORISMO:
Otro importante factor decisivo para los votantes es cuál de los candidatos es el mejor para dirigir la nación a medida que se enfrenta a la amenaza internacional del terrorismo. La respuesta que de la nación en el futuro al terrorismo es de mucha importancia para los puertorriqueños, cuyos hijos e hijas han cargado en forma desproporcionada el peso de la respuesta militar hasta ahora. El miércoles, el Departamento de Defensa anunció la muerte del Sargento Gary A. Vaillant, de 41 años, de Trujillo, Puerto Rico. Es el 20mo puertorriqueño que muere desde que comenzó la guerra contra Irak a fines del 2002. El Sargento Vaillant murió el 5 de septiembre en Khalidiya, Irak, cuando su tanque pasó por encima de una mina.
La guerra de Irak se ha ido tornando cada vez menos popular entre el pueblo estadounidense a medida que los insurgentes iraquíes continúan resistiéndose al esfuerzo de los Estados Unidos de estabilizar el país, amalgamar la autoridad del gobierno interino en Irak y establecer un clima adecuado para celebrar elecciones. Ahora existen focos de resistencia en las ciudades de Irak que cuentan con combatientes altamente armados que evitan la entrada de la policía de Irak o tropas de los Estados Unidos. Con las elecciones en Irak programadas para enero, es dudoso si el país estará lo suficientemente pacífico para entonces como para que puedan celebrarse.
Los que apoyan a Bush dicen que su gobierno ha hecho frente a la amenaza terrorista y ha obrado de manera decisiva. Sus críticos dicen que él ha creado una atmósfera de miedo entre el electorado que es desproporcionada ante la posibilidad de cualquier amenaza imaginable. Más aún, dicen que su invasión a Irak no estuvo justificada, que ha dañado las relaciones diplomáticas de los Estados Unidos y que ha derrochado los recursos nacionales en términos de fondos, así como vidas. Bush dice que el sólo haber eliminado al dictador Saddam Hussein justifica la guerra.
Esta semana el Departamento de Defensa informó que las muertes de estadounideneses han alcanzado 1004, 75% de las cuales han sido muertes en medio de actividades hostiles, el resto en accidentes. Otros 126 miembros de las tropas de la coalición han muerto en combate. Hasta la fecha unos 7,000 miembros del personal militar estadounidense han sido heridos o recibido lesiones. El Pentágono calcula que entre 1,500 a 2,500 "elementos del régimen anterior" han muerto sólo en el último mes.
Los defensores de Kerry dicen que él protegerá la nación y creará un clima de cooperación para lograr una efectiva confrontación a nivel internacional contra la amenaza del terrorismo y que sus heróicos antecedentes de combate en Vietnam le confieren una perspectiva realista de las limitaciones de las fuerzas militares. Sus críticos citan su historial de votos en el Congreso como inconsistente y señal de confusión y falta de determinación. El Vicepresidente Cheney ha incluso sugerido que si John Kerry es electo "seremos víctimas nuevamente" de los terroristas.
Ambos lados han llamado a sus contrincantes "no aptos para dirigir". Esas especulaciones e hipérboles de lado a lado han reemplazado todo debate razonable en torno a lo que se está tornando en una campaña fea y divisoria en una contienda que las encuestas siguen poniendo de manifiesto que es virtualmente un empate.
¿Qué asuntos considera que serán de mayor importancia para los votantes al evaluar a los dos candidatos que compiten para ocupar la oficina presidencial de la Casa Blanca durante los próximos cuatro años?
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