Una vez pasado el Día del Trabajo, la campaña por La Fortaleza en la isla se está caldeando tanto como en el lado estadounidense para la Casa Blanca.
La televisión local, la radio y la prensa están llenas de anuncios políticos y, aparentemente, en cualquier lugar de la isla a donde uno viaje los fines de semana, hay una ruidosa caravana política abogando por uno u otro candidato.
La frase de la carrera por la presidencia más repetida por los medios de comunicación durante la semana fue la del Vicepresidente Dick Cheney, cuando dijo que una "elección equivocada" en el Día de las Elecciones significaría que "volveremos a ser golpeados una y otra vez de un modo que resultará devastador desde el punto de vista de los Estados Unidos," refiriéndose a un ataque terrorista como el del 11 de septiembre.
Pero en Puerto Rico, correspondió al antiguo gobernador Pedro Rosselló, quien al ser preguntado sobre las acusaciones de actuaciones financieras inapropiadas que involucraban a su ex-jefe de Desarrollo Económico y jefe de personal, no dudó al decir: "Sí, mi confianza en ellos estaba bien depositada".
El comentario de Rosselló desencadenó tantos comentarios y críticos como de los oponentes políticos, como la repetida frase de Cheney, que fue censurado como "antiamericano" e "irresponsable." También lo fue la afirmación del candidato gubernatorial del Partido Nuevo Progresista de que no había tenido tiempo de leer los informes sobre las acusaciones de la Oficina de Ética del Gobierno de que Romeu había acumulado un saldo de $95,000 en su tarjeta de crédito del gobierno cuando era jefe de Desarrollo Económico en adquisiciones cuestionables, como cenas en caros restaurantes, estancia en hoteles y servicios de limusina.
La investigación del PRIIF promete ser un circo político dirigido por la mayoría Popular Democrática en la Cámara, y Rosselló tiene razón al pedir un proceso de investigación plena. No hay el más mínimo indicio de evidencia de que Cifuentes estuviera involucrado de algún modo en la concesión de incentivos del fondo PRIIF, aparte de un contrato entre el bufete de abogados de Washington D.C. donde él trabaja con la Puerto Rico Industrial Development Corp., que gestionaba los fondos.
Pero las acusaciones contra Romeu hechas por la OEG son de un estándar más alto y Rosselló no debería apartarlas a un lado de forma tan displicente, especialmente cuando trata de convencer al público de Puerto Rico de que estará personalmente comprometido en aplastar la corrupción en el sector público si es elegido para un tercer mandato Después de todo, el antiguo Secretario de Educación Víctor Fajardo también fue en su momento un miembro de confianza del Gabinete Rosselló .
El candidato gubernatorial del PPD, Aníbal Acevedo Vilá, arremetió contra Rosselló por estas declaraciones, diciendo que "contradecían por completo sus anuncios en televisión donde prometía no tener ninguna tolerancia para la corrupción. Tiran por la ventana todos los esfuerzos publicitarios y la limpia imagen que está tratando de crear no teniendo ninguna tolerancia para la corrupción".
Rosselló apunta, con todo el derecho, que el PPD está lanzando acusaciones infundadas contra antiguos funcionarios de la administración con la esperanza de que el lodo manche a todo el PNP. Ha apoyado peticiones para que tanto Cifuentes como Romeu testifiquen, pero añadió que el primer jefe de Desarrollo Económico de la administración Calderón, Ramón Cantero Frau, ahora esposo de la gobernadora, debería testificar también sobre su papel en una cuestionable inversión de $5 millones que no logró producir los nuevos puestos de trabajo prometidos por su receptor. Dado que el comité de la Cámara quiere que la investigación siga un orden cronológico, probablemente no llame a Cantero Frau a testificar hasta después del Día de las Elecciones.
No hay duda de que la investigación del PRIIF probablemente tenga más ramificaciones. Después de todo, el FBI está investigando. Pero la investigación en el Capitolio, dirigida por políticos del PPD está diseñada principalmente como efecto político y está dando tanto calor como luz. Por ejemplo, los legisladores siguen diciendo que la decisión de eximir de los impuestos de peaje a las empresas que invertían en el Fondo, costó a los contribuyentes puertorriqueños $961 millones en impuestos que hubieran sido pagados por las empresas. Pero está claro que si el acuerdo con el PRIIF no se hubiera materializado, las empresas 936 hubieran rebajado su carga tributaria dejando sus beneficios depositados en instituciones financieras de la isla.
Hasta ahora, la campaña se ha reducido a dos cuestiones esenciales. El PPD se dedica a atacar el pasado de corrupción en la administración Rosselló, mientras que el PNP está atacando la falta de grandes proyectos de obras públicas y los fallos administrativos de la administración Calderón.
En ese sentido, la campaña es un regreso a la de 1996, en la que Rosselló fue reelegido con más de 1 millón de votos. En esa carrera, el PPD trató de manchar la administración Rosselló con cargos de corrupción, mientras que el PNP atacó el expediente administrativo del entonces alcalde de San Juan, Héctor Luis Acevedo. Mirando un anuncio actual del PPD, que intenta achacar la pérdida de la Sección 936 a Rosselló, me hizo jurar que se trataba de nuevo de 1996.
Ciertamente, el PPD tienes más munición esta vez, ya que la mayoría de los notorios casos de corrupción, tales como el escándalo de la corrupción en las escuelas públicas, se han dado a conocer desde 1996. Pero el descontento general con la administración Calderón y la percepción del público de que no se han emprendido grandes obras públicas ni reformas del gobierno durante su mandato, también ha dado nuevo poder de ataque al PNP.
Las recientes encuesta que ponen a Rosselló por delante de Acevedo Vilá por hasta 9 puntos de porcentaje, también han demostrado que el apoyo del antiguo gobernador descansa en su pasado historial de obras públicas y logros administrativos.
Acevedo Vilá seguramente sabe esto, pero se ve apurado para intentar superar ese historial del pasado de cualquier otro modo que no sea jugando la carta de la corrupción.
Y esto es debido a que el público parece auténticamente descontento con la actual administración, quizá una de las razones por las cuales la Gobernadora Calderón ha desempeñado un papel mínimo en la actual campaña.
En esta extraña temporada política, quizás la observación más astuta sobre la cita de la campaña de esta semana provenga de Ferdinand Mercado, el antiguo Secretario de Estado de Calderón cuyo nombramiento al Tribunal Supremo se vio frustrado por los informes de que podía haber huido de la escena de un accidente de coche fatal en su juventud.
En la actualidad, comentarista político en una cadena de radio local, y sonando positivamente bipartisano estos días, dijo que el apoyo de Rosselló por parte de sus amigos contrastaba claramente con los funcionarios del PPD, que habían echado a los suyos a los leones ante el más ligero indicio de corrupción. "Demuestra," dijo Mercado, "la suprema confianza de Rosselló".
Tanto las citas de Rosselló como de Cheney, agrandadas por el intenso escrutinio de los medios de comunicación, han asumido vida propia, convirtiéndose en puntos donde unir sus fuerzas los oponentes políticos que esperan detener sus candidaturas en ascenso.
John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |