En sólo ocho días, la ley federal que prohibe al venta de armas de asalto semi-automáticas, popularmente conocida como la "prohibición federal sobre armas de asalto", dejará de tener vigencia a menos que el Congreso y el Presidente George W. Bush la renueven. El 2 de marzo la mayoría republicana del Senado de los Estados Unidos votó a favor de extender la prohibición y continuar prohibiendo armas peligrosas. Sin embargo, la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, continúa en un estancamiento con su versión del proyecto de ley.
Esta ley, si bien sumamente controvertida en los Estados Unidos, recientemente se ha convertido en un tema político en Puerto Rico.
La ley que rige en la actualidad prohibe a los fabricantes domésticos la producción de armas de asalto semi-automáticas y cargas que tengan más de 10 balas, excepto para uso militar o de la policía. Cuando y si la ley expira a la medianoche del 13 de septiembre, armas tales como el rifle Kalashnikov, el de mayor uso entre la infantería del bloque soviético, podrá fabricarse nuevamente, importarse y ser comprado y vendido a través de todo el país y sus territorios.
El candidatto demócrata, el Senador John Kerry, hizo un alto en sus viajes de campaña para ir al Senado a emitir su voto a favor de continuar la prohibición, pero su rival, el actual Presidente George W. Bush, hasta el momento se ha mantenido en silencio con relación a este asunto, a pesar de que como candidato en el 2000, él prometió renovar la prohibición. La inercia en la Cámara de Representantes suguiere que su liderazgo está escuchando susurros provenientes de la Casa Blanca recordando a los miembros republicanos que los cabilderos a favor de las armas en los Estados Unidos, encabezados por la Asociación Nacional del Rifle (NRA), son uno de los principales contribuyentes a la campaña de re-elección del Presidente. La NRA se opuso a la formulación de esa ley hace ocho años y ahora está luchando en contra de su renovación con igual vigor.
Algunos prominentes republicanos y la mayoría de los Jefes de Policía Nacionales están en favor de la extensión de la prohibición. Irónicamente, tres de los principales oradores el martes en la noche ante la convención republicana el Gobernador Arnold Schwarzenegger de California, el Gobernador de Nueva York, George Pataki, y el ex- Alcalde de la ciudad de Nueva York, Rudy Giuliani todos apoyan que se renueve la prohibición de las armas de asalto, pero ninguno dijo nada en su defensa cuando se ubicaron bajo las luces del podio en Madison Square Garden. Washington anticipa que grandes números de policías ejercerán presión sobre el Presidente para extender la prohibición antes de que expire.
Un republicano que se informó que no desea ver el fin de la prohibición contra la producción y venta de armas de asalto en el país es el Alcalde de San Juan, Puerto Rico, Jorge Santini, miembro del Partido Nuevo Progresista (PNP), se enfrenta al candidato del Partido Popular Democrático (PPD), Edward Bhatia, por la posición que ocupa. Recientemente, Bhatia hizo pública una carta de Santini dirigida a dos Gobernadores en los Estados Unidos, cinco Senadores de los Estados Unidos y al Presidente Bush, expresando su oposición a la prohibición de la producción y venta de armas de asalto.
La posición de Santini ha engendrado aullidos de protesta del PPD y vergonzoso silencio entre los líderes del PNP. La actual Gobernadora, Sila Calderón, ha acibillado a Santini por su posición en relación con la prohibición. "El efecto de una producción y distribución libre de armas semi-automáticas sería la entrada indiscriminada de armas militares a Puerto Rico", dijo Calderón.
La carta de Santini emerge en momentos en que los crímenes violentos y homicidios alcanzan niveles sin precedentes en la isla. Tanto los candidatos a la gobernación por el PNP como el PPD, así como para Comisionado Residente, han formulado llamados para medidas más estrictas para proteger a los residentes de las armas y de los criminales. Después de años de no tomar acción alguna, la Gobernadora Calderón se decidió en julio a llamar a la Guardia Nacional de Puerto Rico para ayudar a la policía a controlar crímenes violentos. Políticamente, no podía hacer otra cosa, especialmente cuando el ex-Gobernador Pedro Rosselló había hecho lo mismo en una medida que gozó de mucho apoyo popular durante su gobierno y las encuestas pusieron de manifiesto que los puertorriqueños preferían su política de "mano dura" para lidiar con las armas y los criminales.
Con una población de unos 3.9 millones de residentes y una tasa de asesinatos que se acerca a unas 800 víctimas al año, Puerto Rico ha sido designada como la "capital de asesinatos de los Estados Unidos". Al oponerse a la posición de Santini de poner fin a la prohibición contra las armas de ataque, la Gobernadora Calderón hizo mención a un plan de control de la policía de la isla que ha llevado al decomiso de armas ilegales y reducción en la violencia. Santini defendió sus cartas y su pocisión argumentando que la mayoría de los crímenes que se cometen en Puerto Rico son el resultado del uso de armas ilegales.
El Alcalde también se ha visto atacado por los grupos en Estados Unidos que abogan por que se continúe la prohibición. Según informes de Prensa Asociada, la Campaña Brady para Prevenir Violencia con Armas censuró a Santini por su oposición a la renovación de la prohibición, exhortando al grupo a que apoyen a su rival en la contienda por la alcaldía de San Juan en las elecciones de noviembre. Un vocero del grupo Brady caracterizó la oposición de Santini a la Ley Federal de Prohibición contra Armas de Asalto como irresponsable y abismal. "El Alcalde Santini está poniendo en riesgo la vida de los niños de San Juan, a sus familias y a la policía".
El Alcalde Santini, participando como delegado en la Convención Republicana esta semana en Nueva York, está activo en los esfuerzos por lograr votos latinos en los Estados Unidos a favor del Presidente Bush para las elecciones nacionales de noviembre, especialmente en el centro de Florida. Sus esfuerzos fueron reconocidos y alabados el miércoles por George P. Bush, sobrino del Presidente, en una manifestación política en el hotel Waldorf Astoria que incluyó otros republicanos hispanos.
Lo que parece obvio es que Jorge Santini ha asumido una posición en relación con las armas de asaltos que es popular entre los estadounidenses que consideran que cualquier restricción en la posesión de armas es una violación a la garantía constitucional del "derecho a portar armas" con que cuenta la ciudadanía, mientras que otros mantienen que el gobierno tiene la obligación de imponer restricciones razonables a ese derecho. El argumento que llevó a la prohibición de las armas de asalto a convertirse en ley en primera instancia se redujo a la pregunta de: "¿Se necesitan armas de combate para cazar, hacer tiro al blanco o proteger su hogar?"
La realidad política es que la NRA siempre ha sido muy obtusa en oposición a toda restricción de armas y su posición resuena positivamente entre muchos de los votantes del país, especialmente en el sur y suroeste. Además el grupo cuenta con bolsillos muy profundos para castigar a los candidatos que asumen posiciones diferentes. Por otro lado, los que abogan por la prohibición de las armas de asalto han logrado considerable apoyo comunitario y recursos financieros para hacer frente a la posición de la NRA.
Peter Hamm, Director de Comunicaciones de la Campaña Brady para Poner Fin a la Violencia con Armas, dice que es "prematuro" predecir el nivel de importancia que el tema de las armas pudiera adquirir en las elecciones presidenciales nacionales de este año. Sin embargo, si se deja que expire la prohibición contra las armas de asalto, Hamm promete que la Campaña Brady hará todo lo que esté a su alcance para hacer que los funcionarios electos que permitan que eso ocurra "sientan tanto dolor" como sea posible en las urnas de votación.
Ambos bandos alegan que la opinión popular estadounidense los apoya.
¿Cuál es su posición? ¿Debe renovarse la restricción sobre la producción y venta de armas de asalto o se debe dejar que llegue a su fin?