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Los Demócratas y Republicanos locales discutirán sobre cual de las plataformas políticas puertorriqueñas sobre el status tiene más significado, pero la verdad es que los dos principales partidos políticos de EE.UU. hablan mucho sobre la necesidad de encontrar una solución definitiva al status de Puerto Rico.
La cuestión es si el gobierno federal seguirá adelante con alguna medida significativa sobre la cuestión, si no es sí, porqué.
En los últimos preparativos de la convención de esta semana, los Republicanos pusieron a punto su plataforma sobre Puerto Rico añadiendo la palabra "no territorial" en el lenguaje de su plataforma 2000, lo cual los lideres locales dijeron que lo hacia mucho mejor.
Del mismo modo, los Demócratas, reforzaron su lenguaje sobre el status político de Puerto Rico el mes pasado, antes de su convención nacional.
Ahora, la plataforma Republicana dice: "Apoyamos el derecho de los ciudadanos estadounidenses de Puerto Rico a ser admitidos en la Unión como un estado de pleno derecho después de que ellos lo hayan determinado así libremente.
"Reconocemos que el Congreso tiene la autoridad final para determinar las opciones con validez constitucional de Puerto Rico para lograr un status permanente, no territorial con un gobierno por consenso y con plenos derechos. No obstante, mientras Puerto Rico no sea un estado, la voluntad de su pueblo respecto a su status político debería verificarse mediante un derecho general al referéndum o un referéndum específico patrocinados por el gobierno de Estados Unidos."
Entretanto, los Demócratas, después de una ardua batalla entre los Demócratas locales a favor de la estadidad y a favor del ELA, sacaron a relucir esta plataforma: "Reconocemos que los cuatro millones de ciudadanos americanos privados de derechos que residen en Puerto Rico tienen el derecho a un status permanente y plenamente democrático de su elección. La Casa Blanca y el Congreso aclararán las opciones realistas y permitirán a los puertorriqueños que escojan entre ellos."
Para los líderes locales Republicanos, añadir la palabra "no territorial" a la definición e la plataforma de una opción viable al status de la isla eleva las apuestas contra el ELA como una verdadera opción al status. El Miembro del Comité Nacional Republicano, Luis Fortuño dice que el cambio Republicano fue importante porque ahora el ELA no cumple ninguno de los tres criterios del partido sobre el status: "una opción constitucionalmente válida, con plenos derechos y no territorial." Los partidarios de la estadidad también señalan que la palabra "S" se menciona de forma concreta en la plataforma Republicana, en contraposición a la de sus rivales Demócratas.
Entretanto, los Demócratas, señalan a la postura proactiva de su plataforma sobre Puerto Rico. Al prometer una actuación para aclarar las opciones viables para los puertorriqueños y permitir escoger entre ellas, el partido está diciendo que Washington iniciará medidas para resolver el status de los puertorriqueños. De hecho, este punto enojó a los seguidores Demócratas del ELA, como el abogado José Alfredo Hernández Mayoral, que dijo que San Juan, y no Washington, debería dar el primer paso sobre el status, postura asumida por la actual administración del Partido Popular Democrático. Mientras los Republicanos de la isla son invariablemente partidarios de la estadidad, los Demócratas de la isla están bastante divididos entre los que apoyan la estadidad y los que apoyan el ELA. Lo cual ha llevado a mensajes mezclados sobre el status dentro del Partido Demócrata.
No obstante, irónicamente, muchos observadores creen que los Demócratas nacionales son cada vez más los que están más abiertos a la propuesta de hacer de Puerto Rico un estado, frente a los Republicanos, muchos de los cuales siguen temiendo que la isla sería mayormente un voto democrático si fuera admitida a la unión. No obstante, Fortuño, cree que si tiene éxito en su carrera a comisionado residente, puede cambiar esta sensación.
La política de la plataforma sobre la cuestión del status de Puerto Rico llega mientras sucesivas administraciones de la Casa Blanca estudian la cuestión mediante el Grupo de Trabajo del Presidente sobre el Status de Puerto Rico, iniciada por el anterior Presidente Bill Clinton y continuada por el Presidente Bush, el Grupo de Trabajo busca llegar a un proceso para resolver la cuestión del status estudiando las opciones viables. Mientras los críticos dicen que el Grupo de Trabajo no es más que un hueso lanzado a Puerto Rico, en lugar de un auténtico esfuerzo para resolver el status de la isla, los que lo propusieron apuntan que el trabajo prosigue.
Bajo la administración Clinton, el Departamento de Justicia asumió una pobre opinión sobre el ELA tal como lo promulgaba el PPD, es decir que se trata de un "pacto bilateral " entre Estados Unidos y Puerto Rico que solo se puede cambiar por mutuo consentimiento. El Departamento de Justicia dijo que semejante acuerdo era anticonstitucional y argumentó que Puerto Rico era un territorio bajo la voluntad del Congreso. Entretanto, los miembros del Grupo de Trabajo de Bush, parecen inclinarse por una opción para los puertorriqueños entre "soberanía" para la isla, o bien como republica independiente o alguna forma de libre asociación, o unión permanente como un estado de EE.UU.. Los alcaldes de la isla, que el mes pasado celebraron reuniones con los miembros del Grupo de Trabajo, dicen que las opciones a las que se enfrentarán los puertorriqueños serán entre la independencia, la estadidad o un continuado status colonial.
La atención que está siendo dada a la cuestión por los partidos políticos nacionales es buena para Puerto Rico y para Estados Unidos, donde poco a poco va penetrando el sentimiento de que quizá no sea tan buena idea agarrarse de forma indefinida a territorios apropiados hace años como botín de guerra. No obstante, muchos críticos insisten en que los partidos nacionales están dedicando poco más que palabras a los políticos de Puerto Rico en su búsqueda de los votos Latinos y que una verdadera actuación sobe el status sigue tan lejana como siempre.
Los críticos, especialmente los partidarios de la independencia, dicen que ni los Republicanos ni los Demócratas considerarán en serio hacer de Puerto Rico un estado, preocupados ante la posibilidad de que la incorporación de la isla pudiera crear una situación como la de Québec o Belfast, un problema político que podría durar más tiempo que lo ha hecho el ELA. No obstante, los que proponen la estadidad señalan a la creciente presencia Latina en los Estados Unidos, siendo los hispanos realmente una mayoría hoy en día en varias de las principales ciudades de EE.UU., para argumentar que las posturas contra la estadidad de Puerto Rico están cambiando. El PPD minimiza la importancia de la zona continental, insistiendo en que el proceso del status debería comenzar en San Juan, no en Washington, mediante la convocatoria de una asamblea constituyente sobre la cuestión. Ese punto es quizás el único sobre le cual el PPD y el Partido Independentista Puertorriqueño pueden estar de acuerdo hoy por hoy.
Si siguen habiendo temores entre los Demócratas y los Republicanos en cuanto a permitir la estadidad de Puerto Rico, la isla no obtendrá una opción entre estadidad o independencia. Muy probablemente, pasarán bastantes más años con un status quo, manteniéndose el ELA. Esta es la razón por la cual las críticas sobre lo que los Republicanos y los Demócratas han ofrecido sobre este tema no deberían ocultar el hecho de que es un acontecimiento positivo. Y por lo cual los tres partidos políticos locales, incluido el PPD, que quiere un ELA mejorado, deberían seguir abordando la cuestión de la mejor manera que vean adecuada.
John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |