La medida llega en medio de una escalada de la delincuencia este mes de julio, con algunos asesinatos notorios y tiroteos entre aspirantes a cabecillas de la droga, que causan el pánico y ocupan los titulares de la prensa. Hasta ahora, el índice de homicidios de la isla este año está en 33 por encima del índice de homicidios del año pasado, que ha ido creciendo paulatinamente cada año desde que la Gobernadora Calderón asumió el poder en enero del 2001. El año pasado, el índice de asesinatos en Puerto Rico era tres veces la media nacional.

Sin duda, no se la puede culpar por el aumento de los asesinatos. Pero con igual seguridad, ella ha demostrado ser un verdadero desastre en administrar la política sobre el cumplimiento de la ley. Después de todo, tener cuatro jefes del Departamento de Policía en un numero igual de años es algo absolutamente sin precedentes en la historia de la isla.

La decisión de que la Guardia Nacional patrulle las calles de la isla fue anunciada el domingo, tras un brutal triple asesinato que incluyó la muerte de un agente de policía y un comerciante. La mayoría de los periodistas que cubrían la conferencia de prensa del Superintendente de Policía, Agustín Cartagena, y el General Adjunto de la Guardia Nacional, Francisco Márquez, opinaron que el incidente fue la última gota que condujo a la decisión de finalmente llamar a la Guardia para ayudar en la lucha contra el crimen.

La Gobernadora Calderón, recién llegada de una misteriosa visita de una semana a los estados, dijo el martes que había tomado la decisión de movilizar a la Guardia incluso antes de salir de viaje — hace unos 10 días, pero que llevó un tiempo ponerla en práctica.

"Varios días antes de que dejara la isla, ya había decidido movilizar la Guardia Nacional," dijo Calderón. Después dijo, "Hice que la decisión fuera ultimada el sábado".

¿Porqué transcurrió más de una semana desde que Calderón tomase la decisión de movilizar la Guardia y luego el consiguiente anuncio? Y, ¿porqué la Gobernadora "ultimó" su decisión un día antes de un horrible triple asesinato mientras aun estaba de vacaciones? (Resulta que el propósito del viaje de la gobernadora era estar con su hermana del lado estadounidense mientras ambas se sometían a intervenciones quirúrgicas. Pero La Fortaleza se negó con empeño en facilitar detalles del viaje de la gobernadora mientras estaba fuera, lo cual llevó a todo tipo de especulaciones.)

Estas preguntas son parte de la razón por la cual la imagen que Calderón ha proyectado de si misma es la de un líder débil en la lucha contra el crimen.

Si finalmente llamar a la Guardia Nacional es un intento de corregir el problema de imagen, lo está haciendo a costa de su anterior compañero de carrera, el Comisionado Residente Aníbal Acevedo Vilá, candidato gubernatorial del Partido Popular Democrático.

Llamar a la Guardia Nacional para luchar contra el crimen a estas alturas, pocos meses antes del Día de las Elecciones, inevitablemente le sigue el juego al anterior Gobernador Pedro Rosselló, que inició la estrategia durante sus primeros dos mandatos comenzados en 1993.

Parece que hay diferencias entre el plan Calderón y lo que Rosselló promulgó a principios de los años 90, cuando tuvo que enfrentarse a una oleada de crímenes al ocupar su cargo. Entonces, la llamada de la Guardia Nacional fue literalmente diseñada como una demostración de fuerza, dirigida a infundir confianza al público en la capacidad del gobierno para hacer frente al problema del crimen. La Guardia participó en notorias "ocupaciones" de proyectos de viviendas publicas con el objeto de mantener el orden y la seguridad pública.

Esta vez, la Guardia va destinada a patrullar zonas publicas, como centros comerciales y parques públicos, lo cual permitirá a su vez que la policía se concentre directamente en luchar contra el crimen e investigar los crímenes.

A primera vista, la consideración del llamamiento puede ser más sensata que tener a la Guardia realmente tomando parte en las redadas y deteniendo a los criminales. La filosofía de usar la Guardia de manera que permita a la Policía hacer mejor su trabajo también parece meritoria

Pero la gran advertencia es que la actual movilización no estará libre de las mayores críticas lanzadas contra el llamamiento a la Guardia de la administración Rosselló.

Mientras que tener a personal militar uniformado patrullando los centros comerciales o las playas, puede infundir una sensación de seguridad a los residentes locales, aterrorizados por los crímenes, tendrá el efecto contrario en cualquiera que visite la isla, ya que la vista de los miembros de la Guardia uniformados hablará alto y claro de que Puerto Rico tiene un serio problema con la delincuencia.

Para cualquiera que haya estado viviendo en la isla durante estos últimos años, el problema de la delincuencia es bien conocido. El enfoque de Rosselló a la lucha contra el crimen, llamando a la Guardia Nacional y "ocupando" zonas con alto índice de criminalidad como ciertos proyectos de viviendas públicas, también ha sido una opción bien conocida para hacer frente a la situación.

Tras años de criticar la llamada "mano dura" en el enfoque de Rosselló en la lucha contra el crimen, la administración Calderón al llamar ahora a la Guardia Nacional parece estar abrazándola.

No importa cuanto se señale a las sutiles diferencias entre este llamamiento y el que tuvo lugar hace 10 años, nada hará que esto cambie.

La medida subraya la percepción de que incluso en sus últimos días de poder, la administración Calderón no domina firmemente una estrategia para la lucha contra el crimen.

Al explicar su decisión, la gobernadora dijo: "Los traficantes de drogas han desencadenado una guerra, y esto ha llevado a un aumento de los asesinatos en los últimos días. Los criminales quieren controlar los puntos de droga. Esta es una situación grave. Esto es por lo que he decidido poner en activo a la Guardia Nacional".

Dos asesinatos triples este mes y un asesinato de gran resonancia en un centro comercial son preocupantes. Pero la guerra de la droga, y su creciente recuento de muertes, se ha estado desarrollando desde antes de que Calderón ocupara el cargo.

La cuestión sigue siendo: ¿porqué llamar a la Guardia Nacional ahora? La probable respuesta es que la gobernadora siente que ya no le quedan otras opciones.