Todo Puerto Rico está opinando sobre el bienestar del muchacho, que aparentemente fue abandonado aquí por su madre después de que su segundo matrimonio no funcionase. Incluso la Gobernadora Calderón dijo esta semana que su administración ha estado llevando el caso desde la perspectiva de lo que es mejor para el muchacho. Pero el incidente es más revelador en cuanto a la mediocre actuación de las autoridades locales en el terreno internacional que sobre la forma en que el estado cuida de los niños.

Porque el niño es ciudadano ruso, las autoridades rusas son las que deben decidir el destino del niño, según las leyes internacionales. El hecho de si un juez local (olvídense de cualquier violación ética en que haya incurrido al entrar en el caso) está o no proporcionando un entorno hogareño no viene al caso. Pero sobre eso es sobre lo que se han estado centrando las agencias del gobierno.

El incidente está trayendo comparaciones con el caso del niño cubano Elián González, y la batalla en torno a su custodia que se desarrolló entre Miami y La Habana. Pero esa batalla se desarrolló principalmente como una cuestión política, centrándose los argumentos en si los Estados Unidos o la Cuba de Castro proporcionarían al muchacho un futuro mejor.

No obstante, si hay algo que demuestra la actual batalla por la custodia que se está desarrollando en Puerto Rico respecto a Arnas Gaurilcikas, de 9 años, es el aislacionismo que padece el Puerto Rico oficial, y a veces su más amplia sociedad, que le ha hecho granjearse el mote de "una isla de espejos".

De hecho, el Defensor del Pueblo Carlos López Nieves informó esta semana que todas las agencias del ELA violaron las normas internacionales sobre el trato de ciudadanos extranjeros al manejar el caso.

El caso ocupa los titulares de las primeras páginas mientras las autoridades dominicanas y estadounidenses se reúnen en San Juan para negociar la entrada de la vecina nación caribeña en un pacto de libre comercio con los Estados Unidos.

Las autoridades de la administración han dado mucha relevancia a la elección de Puerto Rico para celebrar una parte de las conversaciones. Y en San Juan han dado muchas vueltas a su papel en las negociaciones dándole más significado del que tiene ante la relación política de Puerto Rico y los Estados Unidos, y su falta de soberanía para entrar a formar parte de pactos internacionales sin la aprobación del Departamento de Estado de EE.UU.

Fue justamente este tipo de comportamiento – dar una falsa impresión de la soberanía de Puerto Rico en asuntos internacionales ante las autoridades extranjeras – lo que le valió al Departamento de Estado de Calderón una reprimenda del Secretario de Estado de los Estados Unidos, Colin Powell.

Por el momento, la administración ha dado muestras esta semana de ser poco avezada en sus tratos con el gobierno federal, tanto como lo ha sido con los gobiernos extranjeros.

La lectura del acuerdo de 1993 referente al sistema de vigilancia de la costa sudoeste muestra claramente que la Fuerza Aérea lo violó al derribar el aerostato Lajas. No importa que las autoridades locales y federales digan que su derribo deja a la costa sudoeste de Puerto Rico vulnerable a los contrabandistas de drogas. El pacto exige que la Fuerza Aérea conceda al ELA seis meses de preaviso su decide parar el sistema, y proporcionar asistencia al ELA si decide que el aerostato siga funcionando.

En lugar de presionar para su cumplimiento, el ELA ha estado haciendo enormes esfuerzos para justificar ante los reporteros locales porqué el Pentágono no estaba violando el acuerdo. Aún más, las autoridades del ELA negaron tener conocimiento de que el dispositivo de vigilancia tipo dirigible fuera a ser derribado hasta después de que los periódicos publicaran fotografías del globo desinflado. Esta semana, tampoco parecían tener idea sobre las informaciones de prensa de que una redistribución de fondos federales para Educación, basándose en el Censo 2000, podría aportar a la isla más millones de lo previsto. Tras verificarlo, las autoridades escolares locales estiman que el próximo año se recibirán unos $33 millones más de lo esperado, según los informes de prensa.

El ELA no debería rehuir navegar por aguas internacionales en la mayor medida posible. Y no debería rehuir asegurarse de que el gobierno federal cumple los acuerdos establecidos a nivel local.

Se trata tan solo de que las autoridades de la administración, especialmente de una administración pro ELA, deberían ser hábiles en el manejo tanto de asuntos nacionales como internacionales. Después de todo, es el Partido Popular Democrático el que describe a Puerto Rico como lo "mejor de ambos mundos".

Los lideres gubernamentales y empresariales están ahora cabildeando para hacer que San Juan sea la sede permanente del Acuerdo de Libre Comercio de las Américas, lo cual es una buena idea. La posición de Puerto Rico en la cultura latina y sus relaciones a largo plazo con los Estados Unidos lo convierten en un modelo perfecto para otros países que trabajan hacia la integración con la economía norteamericana. Y especialmente en el caso de la entrada de la Republica Dominicana en la FTAA, está actuando desde la perspectivas de un sano interés propio. Pero no hagan valer sus asuntos en cuestiones nacionales o internacionales intentando imponer sus propias reglas.

El Defensor del Pueblo dijo que las agencias del ELA violaban las normas de la Convención de Ginebra respecto a la custodia de ciudadanos extranjeros al tratar el caso del muchacho ruso como una cuestión local de custodia– en lugar de someterse a la jurisdicción de las autoridades rusas.

Y todo esto a pesar de una carta de julio de 2003 del Cónsul ruso pidiendo que el niño fuera devuelto inmediatamente a su familia en Lituania, según un informe del San Juan Star. Un responsable del Departamento de Estado del ELA contestó que eso no podía hacerse sin demostrar que su vida con la familia de la madre en Lituania garantizaba un entorno saludable tanto físico como mental para el muchacho. Lo cual es una clara violación de las leyes internacionales por parte del Departamento de Estado de Calderón.

La forma en que se ha llevado el caso, a pesar de las buenas intenciones, es un símbolo de la arrogancia que a veces muestran los gobiernos paternalistas, que con demasiada frecuencia creen saber lo que es mejor. También demuestra el aislacionismo que demasiadas autoridades del gobierno abrazan.

Es tan cierto hoy en día en San Juan, como lo fue con Elián en Miami, que el gobierno debería enviar de vuelta al muchacho a casa con su familia. Cualquier demora en hacerlo solo aumenta el riesgo de una tragedia humana.

John Marino, Editor Gerente de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net