|
|
Click here to see this document in English.
Ahora que el uso de las ex-instalaciones de la Marina de los EstadosUnidos en Vieques ha dejado de ser un asunto conflictivo, los expertos especulan sobre cuál de los dos gobernadores puertorriqueños asociados con las negociaciones con el gobierno federal se desempeñó mejor en el proceso. ¿Cuál de los dos enfoques logró -- o tiene posibilidad de lograr -- mayor beneficio para Puerto Rico? Incluso antes de que el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de los Estados Unidos hubiera terminado de limpiar la basura que dejaron los manifestantes dentro del Campamento García, quienes a la medianoche del primero de mayo quemaron vehículos y otras propiedades, la Gobernadora Sila Calderón y sus asistentes comenzaron a atribuirse crédito por la retirada de la Marina de los Estados Unidos de sus instalaciones militares en Vieques, a la vez que se distanciaba del comportamiento vandalista de los residentes de Vieques durante los primeros momentos del control civil de las instalaciones. El día después del fiasco, ella se encontraba a bordo de un avión rumbo a Washington para cumplir con un resguardado itinerario de citas en las oficinas del Congreso en Capitol Hill. Sin embargo, fue durante el pasado gobierno del ex-Gobernador Pedro Rosselló que se iniciaron las protestas y maniobras políticas que culminaron con la presencia de la Marina en Vieques. El 19 de abril de 1999, cuando dos bombas mal lanzadas accidentalmente mataron a David Sanes Rodríguez, un guardia civil puertorriqueño, la ya elevada frustración de los residentes de Vieques se convirtió en un escándalo abierto que dio inicio a una seria confrontacion entre el gobierno de Puerto Rico y el gobierno federal. El acuerdo inicial de Rosselló con el Presidente Clinton dejó establecido que la capacitación militar de la Marina terminaría el primero de mayo del 2003. Tuvo éxito también convenciendo al gobierno de los Estados Unidos para que se pusiera fin a los ejercicios con bombas de verdad hasta que llegara el momento de concluir totalmente con las prácticas. La Marina, con gran renuencia, accedió a limitar sus prácticas militares al uso de bombas de salva, reduciendo así considerablemente el ruido y los peligros. Después de la reciente salida de la Marina de la isla, Rosselló, ahora un candidato nuevamente para la gobernación en el 2004, ha dejado que sean quienes lo apoyan los que lo presenten como el "redentor de Vieques". Por su parte, Sila Calderón sugiere que fue su buena relación con el Presidente George W. Bush lo que selló el destino de la Marina en Vieques, garantizando que se respetaría la fecha del primero de mayo para la salida de la Marina, a pesar de la renovada presión que existía por mantener abierta la base después del 11 de septiembre cuando la actividad militar de los Estados Unidos en Afganistán e Irak justificaban continuar la capacitación militar en las instalaciones. Ella envió una carta a Bush agradeciéndole el haber cumplido con su palabra, presuntamente comprometida a ella. Sin embargo, antes de esa misiva no había existido intercambio de correspondencia alguna entre los dos ejecutivos. El factor adverso de ese "compromiso" fue que la tierra de las instalaciones en Vieques no fue revertida al gobierno de Puerto Rico. El Congreso, con la aprobación del Presidente Bush, transfirió el área de 15,000 acres al Departamento del Interior para convertirla en zona de preservación natural. Calderón dice que ella usará su influencia para conseguir que la tierra sea transferida a Puerto Rico. Sin embargo, para hacer tal, es necesario anular un estatuto federal que prohibe al Departamento del Interior revertir el control o transferir sus recién adquiridas tierras en Vieques. Se puede argumentar que ambos gobernadores pueden atribuirse la "paternidad" de la evicción final del Marina de la isla de Vieques el primero de mayo. Pero ahora el dilema entre ambos surge en torno al futuro uso que se dé a las tierras abandonadas por la Marina. Pedro Rosselló puede insistir en que su acuerdo con el gobierno de Clinton habría hecho entrega de la mayor parte de las instalaciones a Puerto Rico; algo que el actual gobierno de Bush estaba dispuesto a conceder hasta que la recién electa Sila Calderón presentó una demanda en los tribunales exigiendo un cese inmediato de toda capacitación de la Marina en Vieques, acción que no resultó del agrado de los encargados de la toma de decisiones en Washington. La subsiguiente posición de confrontación asumida por la Gobernadora Calderón, hizo que el Congreso asumiera una posición más dura y que la mayor parte de la tierra permaneciera bajo control del gobierno federal. En enero de este año, un funcionario de la Casa Blanca bajo el gobierno de Clinton, Jeffrey Farrow, dijo al periódico San Juan Star que "debido a la posición de la Gobernadora (Sila Calderón), la comunidad de Vieques perdió beneficios tal como el retorno de la tierra .... (y) fondos federales que podrían haber sido aprobados para ayudar a mejorar la economía de la pequeña isla". Ninguno de los dos gobernadores parecen haber podido satisfacer las demandas de todas las facciones que se oponían a la presencia de la Marina en la isla. Ninguno de los dos pudieron satisfacer a las facciones independentistas, Calderón se ganó el agravio de los que apoyan la estadidad y Rosselló fue fuertemente atacado por los proponentes del Estado Libre Asociado. Sin duda que ambos se sienten alividados de que haya llegado a su fin la primera fase del proceso y pueden ahora concentrarse en nuevas estrategias para lograr revertir el título de las tierras o aumentar el acceso de Puerto Rico a ellas. Podemos estar seguros que quienquiera que haya sido el "responsable" por el fin de 60 años de dominio en Vieques por parte de la Marina, se va a ver "mareado" con la polémica que sin duda surgirá con gran furor durante la campaña política para el próximo período de gobernación que está por comenzar. En la actualidad ambos políticos pueden adjudicarse posiciones de "campeones" en la lucha por poner fin a las prácticas militares y apaciguar a los residentes de la isla. Esta semana le pedimos a los lectores del Herald que expresen su opinión al respecto. ¿Cuál de los dos gobernadores fue más acertado en su enfoque en las negociaciones con el gobierno federal para poner fin a las prácticas de la Marina en Vieques y lograr máximo acceso local a esas tierras en el futuro? ¡Registre su voto más arriba!
Por favor, oprima aquí para sugerir sus ideas para futuras encuestas o "Temas Candentes" a tratarse. |