Cuando la Gobernadora Calderón anuncio el mes pasado que había recibido la "confirmación oficial" de que la Marina dejaría Vieques el próximo mayo, se negó a atender las preguntas de los periodistas sobre la necesidad de una limpieza en lo que ha sido campo de bombardeo durante 60 años diciendo que ella no quería centrarse en "pensamientos negativos" en el que debería ser un día de celebración.
Ahora, unas pocas semanas después de la declaración de victoria de Calderón sobre la cuestión de Vieques, una importante fecha límite fijada por la Agencia para la Protección del Medioambiente para comentar en público las investigaciones sobre las tareas de limpieza de la Marina en el Campamento García, ha pasado casi desapercibida.
Es una lástima, porque el publico y el gobierno del ELA deberían estar alzando sus voces unidas como un solo colectivo respecto a la necesidad de investigar a fondo la posible contaminación de décadas de prácticas de tiro al blanco de la Marina y otras actividades en el campo de tiro de Vieques.
La Secretaria de Justicia, Anabelle Rodríguez, que parecer estar encabezando el asunto, ha mantenido el silencio sobre las discusiones entre el ELA y la Marina sobre los temas de limpieza y el medioambiente. Pero la mayor parte de esas conversaciones se han basado en tratar de animar a la Marina a que adapte sus ejercicios de manera que redujeran al mínimo los daños al medioambiente, según los informes publicados.
Parece que no se está avanzando gran cosa en cuanto a las negociaciones sobre los parámetros de las tareas de limpieza de la Marina. Un medio ambientalista próximo al tema de Vieques dijo: "El principal campo de batalla en el tema de las tareas de limpieza es la negociación entre el gobierno y la Marina. No se está haciendo nada a este respecto. El gobierno va muy rezagado."
La fecha límite del viernes para recabar comentarios del público, era sobre el Plan de Trabajo de Investigación de la Oficina de Recuperación del Acta de Recuperación de Recursos, un voluminoso documento de la Marina consistente en diversos estudios que han sido presentados a la EPA para su revisión.
El plan tiene su origen en la orden por consentimiento de la EPA de enero del 2000 en la cual se decía que la Marina evaluaría la necesidad de tareas de limpieza y llevaría a cabo aquellas que se considerase necesarias en la extensa reserva militar del Campamento que tienen previsto abandonar el próximo mayo.
El plan se centra en 12 zonas que han sido identificadas con potencial de contaminación. No comprende la zona de impacto con munición viva, en la zona oriental de la base militar, la cual la Marina ha utilizado para prácticas de tiro al blanco. Los temas de limpieza respecto al campo de tiro serán abordados en el futuro, según la EPA.
Pocas personas dentro del movimiento medioambiental de Puerto Rico y del gobierno, parecen tener un conocimiento práctico de las complejidades legales y científicas implicadas en medir la contaminación potencial.
Y el hecho de que la Marina cite en sus investigaciones estudios y documentos que se remontan a hace más de 20 años, cuando la administración de Romero Barceló demandó por primera vez a la Marina por cuestiones medioambientales, hace que el tema de las tareas de limpieza sea aun más complejo.
Los que se ven directamente afectados por este tema, los residentes de Vieques, están aún más ajenos al asunto Tampoco ayuda el hecho de que la documentación esté en inglés.
Los pocos activistas medioambientales con conocimientos sobre el tema se quejan de que el plan de trabajo de la Marina se basa en estudios limitados, anticuados y en muestras que no miden adecuadamente el potencial de contaminación ocasionado por los mas de 60 años de bombardeos de la Marina.
Por ejemplo, los actuales planes de trabajo de la Marina hacen referencia a unos estudios de las aguas de 1978 utilizado para demostrar que las actividades militares no contaminaron las aguas subterráneas de la isla. Pero los críticos dicen que el estudio está equivocado ya que utiliza como muestras de agua del "entorno natural" muestras tomadas de una laguna en el campo de bombardeo con una laguna en el extremo occidental que había sido utilizada como lugar de desecho para municiones.
Otros señalan las inconsistencias en los documentos de la Marina, que describen el campo de bombardeo como de 3.600 acres en algunos informes y de 900 acres en otros. Asimismo, el depósito de vertidos del Campamento García, que según dice la Marina en los documentos es muy probable que esté altamente contaminado, se describe tanto como de 200 acres como de 50 acres.
Los nuevos acontecimientos tales como la reciente revelación de que un destructor hundido en la costa de Vieques había participado en pruebas nucleares en el Pacifico, y el reconocimiento por parte del Pentágono de que en Vieques se ensayaban simulaciones de armas químicas pueden hacer necesaria una investigación más amplia de la que se exige en la actualidad. La Marina nunca ha comunicado a la EPA ninguno de estos dos asuntos, pero los responsables dicen ahora que están pidiendo esa información.
Otros dicen que la EPA ha ejercido una autoridad limitada sobre la Marina; la correspondencia entre las dos entidades demuestra que la Marina ha ignorado frecuentemente las recomendaciones de la EPA.
Como un ejemplo, la EPA le dice a la Marina que sus muestras de terreno no son adecuadas para determinar el contenido del depósito de vertidos del Campamento García y de si está contaminando los terrenos colindantes.
Pero los responsables de la Marina contestan que no van a perforar el suelo tal como sugiere la EPA porque "supondría un grave riesgo para la salud y la seguridad de los trabajadores sobre el terreno, además de crear un conducto de migración para los posibles contaminantes."
Joel Feigenbaum, activista medioambiental que luchó por la limpieza exhaustiva de un campo de tiro militar en Cape Cod, ha dicho que la EPA necesita llevar a cabo su propia monitorización en lugar de fiarse de lo análisis de la Marina para determinar la verdaderas necesidades de limpieza.
Pero en su batalla en Cape Cod, Feigenbaum tenía el respaldo del gobierno, sin mencionar el poder estelar de la dinastía política Kennedy y otros miembros del Congreso para presionar a la EPA para que ordenase una limpieza exhaustiva.
Hay que recordar que la EPA, responde al mismo jefe que la Marina, y hacer que tenga una mano más dura con la Marina requiere la presión del público. Este es el caso en Puerto Rico, que en su calidad de ELA tiene una representación limitada en el Congreso que a fin de cuentas sería quien tuviera que pagar las tareas de limpieza de Vieques.
Por este motivo, es una vergüenza que el periodo de comentarios del público de los planes preliminares de limpieza de la Marina haya pasado casi desapercibido aquí era una oportunidad perfecta para ejercer esa presión pública.
Pero el tema de las operaciones de limpieza todavía tiene que galvanizar el apoyo logrado por la campaña para detener las maniobras militares. No hay manifestaciones de protesta. No hay gritos para aunar a los partidos políticos y a los grupos cívicos. Solo unas pocas voces aisladas gritando que la importante batalla sobre Vieques tiene sus pistas en una documentación que se remonta a décadas.
En la conferencia de prensa en la cual declaró la "victoria" sobre el asunto de Vieques, la gobernadora dijo que en breve nombraría un comité de transición para supervisar el proceso de la prevista salida de la Marina de Vieques.
Pero debería acelerar dichos planes, según los medio ambientalistas que siguen la pista de la documentación Marina-EPA y que sospechan que la Marina no solo deja Vieques, si no que sale corriendo lo más rápidamente posible.
John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |