Pare ser que no hay nada como una conferencia de paz para que alguien tenga un motivo para enfadarse.
De todos modos, ese fue el caso de la Conferencia Internacional sobre la Paz y el Desarrollo que se celebró en San Juan esta semana y que pareció haber enojado a casi todo el mundo.
Patrocinada conjuntamente por el Senado de Puerto Rico y la Fundación Arías, el acto reunió a un grupo de personas de prestigio de todo el mundo que, de un modo u otro, se considera que han contribuido al esfuerzo por traer la paz al mundo.
Gran parte del enojo ha ido dirigido contra el Presidente del Senado Antonio Fas Alzamora, que lleva varios meses atribuyéndose el mérito de organizar la conferencia. (La idea de celebrar la conferencia en San Juan corresponde al ganador del Premio Nóbel de la Paz Oscar Arias, anterior presidente de Costa Rica cuya fundación está montada para beneficiarse de una parte de los ingresos, según personas informadas.)
Fas probablemente no se sorprendió de que los legisladores a favor de la estadidad, de forma destacada la Senadora Miriam Ramírez de Ferrer, comenzaran por atacar a la conferencia como una mala utilización de fondos públicos y por trasmitir al exterior un mensaje antiamericano.
Pero grupos de todo el espectro político pronto se unieron al ataque.
Los que trabajan para acabar con el entrenamiento de la marina en Vieques se quejaron de que su causa no figuraba de manera destacada en la agenda de la conferencia. Otros grupos de derechos civiles señalaron que los que trabajan en lo que ellos dicen son la primera línea del frente de la paz mundial los trabajadores sociales y los asesores que trabajan con las victimas de la violencia doméstica o los abusos sexuales no se encontraban entre los invitados.
La comunidad de gays y lesbianas protestó ante su exclusión de la conferencia, mientras que uno de sus principales enemigos el predicador local Jorge Raschke condenó la presencia en el interior de intérpretes "satánicos".
Fas puede echarse la culpa de gran parte de la controversia a sí mismo. Si el no hubiera utilizado una retórica tan exagerada sobre la importancia de la reunión, no hubiera captado la atención de la mayor parte de los manifestantes.
En las salas de prensa de todo Puerto Rico, los veteranos observadores de la escena política local se preguntaban en voz alta: "¿Por qué diablos está tratando Tony Fas de traer la paz al mundo si no podemos conseguir un suministro de agua decente y solo se captura al 26 por ciento de los delincuentes de la isla.
La idea de celebrar la conferencia tiene en parte su origen, sin duda, en las tendencias políticas de Fas; quien como un popular autónomo quiere extender la influencia de Puerto Rico en la región y en Europa.
Y surgieron las críticas a la política estadounidense en muchas de las mesas redondas, en las cuales algunos observadores dijeron se habían presentado tendencias antiamericanas.
Este hecho fue evidente cuando la ganadora del Premio Nóbel de Irlanda del Norte, Betty Williams, alabó al gobierno de la isla por "tener el valor de celebrar esta conferencia para decir al país más grande que no tienen necesariamente que estar de acuerdo con todo lo que hacen."
La conferencia probablemente sirvió de poco para incrementar la influencia internacional de Puerto Rico, lo mismo que, aunque no perjudicó al esfuerzo por lograr la paz mundial, posiblemente tampoco hizo mucho por acercarnos más a esa huidiza meta.
Pero, en general, la conferencia atrajo hasta Puerto Rico cierta atención positiva de los medios de comunicación, lo cual pocos podrán negar no hace daño, dada la actual estación de los huracanes y el continuo malestar del turismo tras el 11/9.
Y después de todo, trajo de regreso a casa al héroe local Ricky Martin por lo menos por unos días.
No obstante, el verdadero problema es la decisión tomada por Fas de patrocinar parcialmente el acto con fondos del Senado, especialmente en vista de las necesidades apremiantes tales como la carencia de personal y equipos médicos de urgencia o el enorme trabajo atrasado en el Instituto de Ciencias Forenses que permite a los sospechosos de crímenes regresar a las calles.
Fas "estimó" a un periodista que unos $150.000 en fondos del Senado se utilizaron para celebrar el acto, pero se negó a dar una cifra final antes de que se lleve a cabo una contabilidad completa de la conferencia, lo cual podría ser a finales de semana. Algunas informaciones de los medios de comunicación sugieren que la cifra podría hallarse más cerca de los $500.000.
Por una parte, el costo es importante. Si Fas gasta 100 de los grandes, se podría argumentar que era una buena inversión solo por la cobertura de los medios de comunicación generada por la conferencia. Pero el argumento se debilitará rápidamente si se gastan muchos más fondos públicos.
Pero, por otra parte, comprometer fondos públicos sea cual sea la cantidad era un paso equivocado. El motivo es que una vez hecho esto, los puntos de vista de los participantes en la conferencia, al menos en la mente de muchos contribuyentes, se reflejan en los del gobierno local, y por extensión en los puertorriqueños en general.
Así que cuando el juez español Baltasar Garzón, que ordenó el arresto de Augusto Pinochet, criticó la larga duración del arresto de sospechosos terroristas por el gobierno de los EE.UU., el Presidente del PNP Carlos Pesquera aprovechó el momento para denunciar que Fas estaba haciendo que Puerto Rico pareciese una "república bananera," al estar hablando el PPD sobre la unión permanente con los Estados Unidos al tiempo que patrocinaba una conferencia que los atacaba.
La conferencia resulta muy esclarecedora sobre la figura de Fas, un extraño personaje con mucho de político superficial, preocupado por las apariencias, por ser considerado un intelectual, pero que sin embargo ha demostrado su tendencia a las gestas esotéricas.
Por ejemplo, gastó fondos públicos en traer expertos lingüistas de todo el mundo para testificar en su plan para presentar una legislación para enmendar la Constitución de Puerto Rico y hacer que el español fuese el único idioma oficial aunque la Gobernadora Calderón había dicho que el tema no era prioritario y que ella no podía aprobar ese gasto.
No obstante, es más importante observar que, en su búsqueda de la paz mundial, Fas se olvidó de la premisa básica para lograr esta meta : que ésta debe comenzar en el propio patio trasero.
John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |