El reportaje de la Associated Press de esta semana sobre la reyerta que se produjo en un bar en la que se vio envuelto un grupo de soldados de marina de los EE.UU., daba una imagen errónea de Puerto Rico como un hervidero de sentimientos antinorteamericanos y donde no resulta seguro para el personal militar de los EE.UU. andar por las calles.
"Una multitud armada con bates y tuberías atacaron a diez infantes de marina de los EE.UU, dejando a uno de ellos con el cráneo fracturado y a otros con lesiones diversas desde huesos fracturados hasta arañazos sin importancia," informó la AP el Martes siguiente a la pelea.
"Dos soldados de marina estaban discutiendo entre ellos fuera del café, aproximadamente a las 23 hrs, cuando una muchedumbre armada de tuberías de plomo y bates empezaron a golpearles," añadía el informe. "Los atacantes huyeron cuando se dio aviso a la policía."
Quizás la casi siempre fiable AP no pretendiera sugerir que los soldados de marina fueron golpeados a causa del descontento local en torno al tema de Vieques, pero lo cierto es que ésa era la impresión que se daba.
Aunque el incidente tuvo lugar en San Juan, la relación con Vieques se hizo porque el contingente de soldados de marina estaba de permiso después de prestar servicios de seguridad en la reserva militar del Campamento García después de tres semanas de maniobras militares.
Y tan solo para asegurarse de que el lector había captado la idea, el informe añadía: "el sentimiento antimilitarista en este territorio de los EE.UU. ha vuelto a estallar después de que una bomba se desviase del objetivo y matase a un vigilante civil en el año 1999 en Vieques."
Después resultó que la pelea no se produjo fuera del emblemático Hard Rock Café en el Viejo San Juan, tal como se había informado en un principio, si no en una sórdida zona de Puerta de Tierra fuera del club de strip-tease Lucky 7.
La multitud que blandía bates era en realidad un grupo de gorilas del club que se vieron envueltos en el altercado después de intentar sofocar una pelea que se desató entre dos soldados de marina.
El Martes por la noche, la historia de la AP había cambiado, empezando con la siguiente frase, "los gorilas echaron a un grupo de soldados de marina de los EE.UU. a la salida de un club de strip-tease en San Juan, desencadenándose una pelea que dejó a diez de los soldados con lesiones que iban desde huesos fracturados hasta cortes y arañazos."
Pero para entonces, gran parte del daño ya estaba hecho. El reportaje, que .llevaba el titular "Una Multitud de Puertorriqueños Ataca a Soldados de Marina," fue emitido por la televisión nacional y la radio, y los lectores locales, que habían oído las primeras informaciones en diversos medios de comunicación incluido Internet, ya estaban redactando cartas llenas de indignación a la prensa diaria sobre lo que aparentemente era una fea paliza dada a los soldados de marina. Es fácil imaginar el efecto que esto tendría sobre una persona que viva en Idaho, por ejemplo, o Maryland.
El reportaje ha puesto una vez más el foco de atención sobre el papel que desempeñan los medios de comunicación en la continua disputa sobre Vieques.
En los últimos tres año, la historia de Vieques ha demostrado ser particularmente vulnerable a las tergiversaciones, con unos medios de comunicación capaces de ensalzar o condenar a uno u otro bando, a la vez que tratan de aferrarse no importan cuán tenue a la objetividad que se exige de una agencia de noticias.
La AP ya fue motivo de controversia recientemente cuando prácticamente dio por muerto al movimiento de protesta de Vieques en un informe el día anterior al comienzo de las maniobras de la Marina el 1 de Abril. Cuando cinco mujeres fueron arrestadas por entrar ilegalmente al día siguiente, tuvo que modificar algo el tono de sus comentarios.
Durante las tres semanas de prácticas de este mes, los oficiales de la Marina acusaron a los manifestantes de lanzar piedras, ante lo cual los manifestantes argumentaron que el personal de seguridad militar estaba utilizando sin necesidad gases lacrimógenos y escopetas de perdigones contra los pacíficos manifestantes.
Los oficiales de la Marina se han quejado constantemente desde que surgió la controversia en torno a Vieques de que no recibían un trato justo por parte de los medios de comunicación locales.
Precisamente la semana pasada, el Temiente Corey Barker dijo al San Juan Star "hacen que parezca que nosotros somos el enemigo, y nos estamos cansando de ello."
Y en muchos casos sus quejas están justificadas. Los medios de comunicación locales, altamente competitivos, que no reparan en muchos casos en dar alas al sentir popular, han ido a menudo más allá de los hechos para convertir a la Marina en un demonio.
Un memorable titular de prensa de El Vocero, llegó a relacionar el cáncer de próstata diagnosticado al Presidente del Partido Independentista Puertorriqueño, Rubén Berríos, con su estancia de casi un año de duración en el campo de tiro de Vieques, cuando cualquiera que merezca llamarse periodista debería saber que esta enfermedad se desarrolla lentamente a lo largo de años.
Pero el reportaje de la AP de esta semana es un recordatorio de que la Marina ha sido más hábil en dar la vuelta a su imagen ante los medios de comunicación nacionales, lo cual tiene probablemente mayor importancia debido a este hecho. Después de todo, el reportaje estaba basado enteramente en los comentarios de un portavoz de la Marina.
Durante las maniobras de este mes, por ejemplo, el punto de vista la de Marina sobre los enfrentamientos con los grupos de protesta tuvo prioridad en la información nacional, mientras que los medios de comunicación locales tendían a prestar más atención a lo que decían los manifestantes.
Durante las protestas en el año 2000, la CNN informó con todo detalle sobre los alegatos por parte de la Marina de que un grupo de pescadores había lanzado "barras de acero" a los marinos después de haber accedido a aguas restringidas en un grupo de pequeñas barcas.
A pesar de que se hizo entrega de una grabación en video del incidente a los fiscales federales en San Juan, no se han presentado cargos sobre el incidente. Aún más, uno de mis colegas que estaba en uno de los barcos de pesca que se vieron envueltos en el incidente sigue insistiendo en que nunca ocurrió.
Independientemente de la veracidad de los alegatos, el reportaje de la CNN causó impacto, y la televisión nacional presentó a los manifestantes como un grupo de rufianes.
Es cierto que se está librando una batalla entre los oficiales de la Marina y los residentes de Vieques y sus defensores en la isla grande de Puerto Rico.
Pero no se trata de la pelea callejera descrita por la Associated Press. Se trata de una batalla de relaciones públicas.
Para aquellos que estén interesados en el temas, "Vieques y la prensa: El idilio fragmentado,"Editorial Plaza Mayor, por el autor puertorriqueño Félix Jiménez, ofrece una visión detallada y amena de las muchas meteduras de pata cometidas por los medios de comunicación locales y nacionales al cubrir este controvertido tema.
John Marino, Editor de Ciudad de The San Juan Star, escribe la columna semanal Reporte de Puerto Rico para el Puerto Rico Herald. Su dirección de e-mail es: Marino@coqui.net |